En 2011, un descubrimiento realizado por científicos en el fondo del mar Báltico desconcertó a los científicos y avivó la imaginación del público. La estructura detectada por los exploradores Peter Lindberg y Denis Asberg tenía una forma circular, con un diámetro de unos 60 metros, y estaba situada a 90 metros bajo el agua. Desde el primer momento, la naturaleza de la llamada «Anomalía del Mar Báltico» resultó intrigante.
Las líneas angulares y las formaciones en forma de escalera de la estructura llevaron a especular si se trataba de algo más que una simple roca. Comparaciones con la nave espacial de Star Wars, el Halcón Milenario, y teorías que iban desde restos de civilizaciones antiguas hasta un OVNI emergieron rápidamente. Sin embargo, los científicos han trabajado arduamente durante más de una década para llegar al fondo del misterio.
Cuando Lindberg y Asberg hicieron el hallazgo original, consultaron con geólogos y biólogos marinos. Para su sorpresa, estos expertos afirmaron no haber visto nada parecido antes. Esta reacción inicial alentó teorías más extravagantes y atrajo la atención de un público ansioso por desvelar los secretos de las profundidades. A medida que se realizaron más estudios, algunos científicos plantearon la hipótesis de que la estructura podría ser el resultado de un impacto de meteorito, mientras que otros sugirieron la posibilidad de un antiguo volcán submarino.
Entre los aspectos más fascinantes de la anomalía, uno de los buzos del equipo, Stefan Hogerborn, mencionó que los equipos eléctricos y satelitales fallaban al acercarse demasiado al objeto, aunque recuperaban su funcionalidad a una distancia de 200 metros. Este fenómeno provocó aún más especulación, ya que algunos lo interpretaron como evidencia de tecnología no convencional. Sin embargo, los científicos siguieron con sus investigaciones para encontrar una explicación natural.
El geólogo Volker Brüchert, de la Universidad de Estocolmo, analizó las muestras extraídas por el equipo de Ocean X y sugirió que se trataba simplemente de rocas comunes, como granito, gneis y arenisca. Según Brüchert, la apariencia inusual del objeto podría explicarse como el resultado de procesos geológicos ocurridos durante la última Edad de Hielo. Esta idea fue respaldada por otros científicos que sugirieron que la estructura podía ser una morrena, una acumulación de sedimentos y rocas depositada por un glaciar en movimiento.
Los científicos siguen investigando esta estructura y su procedencia
Por otro lado, Steve Weiner, un geólogo de la Universidad de Texas, realizó pruebas y afirmó que la anomalía parecía contener metales que no se encuentran fácilmente en la naturaleza. Esta afirmación reavivó la controversia, ya que otros científicos cuestionaron sus métodos y conclusiones. La comunidad científica permaneció dividida, y no se llegó a un consenso claro sobre el origen de la estructura.
A lo largo de los años, la investigación sobre la Anomalía del Mar Báltico ha involucrado a expertos de diversas disciplinas, desde geólogos hasta arqueólogos marinos. Los científicos han intentado desentrañar la naturaleza de la estructura y han considerado múltiples hipótesis. Algunos argumentan que la forma circular y los bordes lisos podrían ser consecuencia de la erosión natural y el desgaste de los materiales a lo largo del tiempo. Otros creen que se trata de un bloque de basalto, una roca volcánica formada a partir de lava solidificada. La mayoría de los científicos que han estudiado el caso coinciden en que es poco probable que se trate de algo artificial o construido por el hombre.
El contexto geológico de la región apoya la teoría de que la anomalía se formó a través de la acción de los glaciares durante la última Edad de Hielo. La naturaleza inusual de su forma, con líneas rectas y escalones aparentes, podría explicarse por el arrastre y la erosión de materiales a lo largo de miles de años. Los glaciares pueden esculpir paisajes de maneras complejas, y algunas formaciones rocosas resultantes pueden parecer inusuales o incluso artificiales.
A pesar de la evidencia presentada por los científicos que apunta a un origen natural, los descubrimientos adicionales en el sitio han mantenido viva la especulación. En una misión realizada en 2016, los investigadores encontraron más objetos cerca de la estructura principal, lo que llevó a nuevas teorías sobre su posible propósito. Lindberg, uno de los descubridores originales, reconoció la dificultad de explicar la forma de la estructura y admitió que era diferente de cualquier cosa que hubiera visto en otras expediciones.
Sin embargo, también se mostró abierto a la posibilidad de que la explicación fuera menos extraordinaria y más alineada con procesos geológicos conocidos.
Científicos de diferentes campos han tratado de desacreditar las teorías más extravagantes que rodean la anomalía. Göran Ekberg, arqueólogo marino del Museo Marítimo de Estocolmo, señaló que, aunque la forma de la anomalía es ciertamente peculiar, la naturaleza ha producido muchas estructuras igualmente sorprendentes. La ciencia, explicó Ekberg, puede ofrecer respuestas simples para fenómenos que parecen complejos.
El equipo de Ocean X, que descubrió la anomalía con una posible vinculación a la vida extraterrestre, ha continuado investigando y recogiendo muestras del lugar. A lo largo de su trabajo, los científicos han comparado los materiales extraídos con otros sedimentos encontrados en el Mar Báltico para intentar comprender cómo se originó la estructura. El objetivo ha sido encontrar pruebas concluyentes que puedan aclarar el enigma y resolver definitivamente el debate sobre si la estructura es un fenómeno natural o algo más.
En última instancia, la comunidad científica parece inclinarse hacia la explicación natural, basándose en las pruebas acumuladas. La teoría de que la anomalía es una formación de rocas sedimentarias o basálticas moldeadas por la acción de los glaciares durante la Edad de Hielo ha ganado aceptación. Sin embargo, algunos científicos continúan explorando otras posibilidades, en busca de cualquier evidencia que pudiera cambiar la interpretación del fenómeno.
A pesar de las investigaciones exhaustivas, la Anomalía del Mar Báltico sigue siendo un ejemplo fascinante de cómo la ciencia y la especulación pública a menudo se entrelazan en la búsqueda de respuestas.