Durante los últimos años, el yoga ha sido una de las disciplinas deportivas que mayor crecimiento ha experimentado. Tanto es así que muchas personas acostumbradas a la práctica de este deporte, han optado por explorar cuáles son las posibilidades que existen para poder dar clases de yoga y convertirse en profesores especializados en la materia, gracias a los conocimientos adquiridos previamente.
Trabajar como monitor de yoga puede reportarnos interesantes beneficios. Y es que podremos acompañar a nuestros alumnos a través de un viaje en el que seremos partícipes de los progresos y su evolución en esta disciplina. Además de seguir mejorando nuestros conocimientos en torno a esta área gracias al constante estado de formación que requiere la actividad.
¿Cuál es tu experiencia?
Uno de los elementos con los que podemos generar una mayor confianza en nuestros alumnos es mostrando la experiencia con la que contamos. Si la experiencia es como profesor, podremos enseñar cuáles son los grupos de trabajo de los que hemos formado parte previamente. Sin embargo, en el caso de que no sea así, también podemos mostrar nuestro currículum con los años que llevamos practicando, como alumnos, este ejercicio.
Es importante hacer ver a las personas interesadas que el profesional que tienen ante sí conoce el yoga a la perfección. Tanto a nivel teórico como práctico. De este modo, siempre vamos a poder impactar de manera positiva en su percepción.
Anúnciate en portales especializados
Durante los últimos años, han sido muchas las páginas web que han irrumpido en nuestro día a día y que nos permiten poder ofrecer nuestros servicios a una gran cantidad de personas. Un gran ejemplo, es Tusclasesparticulares. En este tipo de sitios web, es importante que ofrezcamos a los posibles interesados la máxima cantidad de información posible: desde nuestras tarifas hasta el lugar en el que se llevan a cabo las clases. En el caso de que estés interesado en las clases particulares de yoga, es recomendable que tengamos bien definida nuestra descripción con el objetivo de sembrar la confianza y transparencia que nuestros clientes necesitan.
El boca a boca
Una vez tenemos el primer grupo de alumnos, debemos dedicar nuestros esfuerzos a fidelizar a los mismos. Debemos tener en cuenta que el boca a boca sigue siendo una de las mejores estrategias de marketing que podemos encontrar cuando se trata de captar nuevos y potenciales clientes. Si logramos ofrecer una experiencia satisfactoria a nuestros alumnos, éstos serán los encargados de traer nuevos participantes a nuestra clase. Por lo que actúan como un nexo de unión que resulta muy importante.
Además, también podemos establecer un programa de promociones en el que realizar un descuento a los nuevos participantes que vengan de los ya participantes.
Regala la primera clase
Una de las opciones por las que se decantan un mayor número de profesionales es por regalar la primera clase a los alumnos que estén interesados, pero que todavía no se encuentren decididos a llevar a cabo la inscripción. En esta primera clase debemos comportarnos con naturalidad y demostrar a los participantes nuestros conocimientos y los beneficios del yoga.
No debemos centrarnos únicamente en los alumnos que están probando la actividad, puesto que pueden sentirse demasiado persuadidos. Actuar con naturalidad será nuestra mejor arma.
Acude a centros especializados para establecer relaciones
Acudir a los centros especializados que imparten esta disciplina puede ser una buena idea. No solo para conseguir nuevos alumnos, también para establecer relaciones profesionales con otros maestros. En el caso de que sus grupos se encuentren ya cerrados, podríamos recibir las derivaciones de personas que estén interesadas en practicar yoga y no encuentren grupos libres para poder participar.
Es importante que nos presentemos refiriéndonos a nuestra experiencia, tal y como hemos mencionado previamente, y cuál es la metodología con la que solemos trabajar.
Aprovecha tu círculo de amistades para darte a conocer
Cuando comenzamos con una nueva actividad, es importante que nos aprovechemos de nuestro círculo de amistades para poder dar a conocer nuestra nueva actividad profesional. En el caso de que ya hayamos tenido contactos con el yoga, aunque haya sido como alumnos, seguro que podemos encontrar a personas que estén interesadas en poder explorar nuevas metodologías.
En caso contrario, cualquier persona interesada en la práctica deportiva puede ser susceptible de ser invitada y que pueda conocer en primera persona los beneficios que podemos ofrecerle a través de este deporte.
Conseguir alumnos para dar clases de yoga puede suponer un importante desafío en las etapas iniciales. Sin embargo, a medida que vayamos captando nuevos alumnos, encontraremos el rodaje perfecto para poder asentar nuestro grupo y poder comenzar a dar clases particulares de yoga en nuestra ciudad. Una vez hemos conocido las diferentes técnicas que existen, es el momento de comenzar explorar todas las opciones con las que atraer a un mayor número de participantes y poder desarrollar nuestra profesión.