Aunque hubiera sido preferible que el proceso de vacunación fuera más rápido y pese a todo, ahora parece que este proceso toma velocidad de crucero. El objetivo es acabar con la pandemia en España y que, por fin, la vida de sus ciudadanos recobre la normalidad.
Y, con esa normalidad, se espera que tanto el día a día a día de las personas, como la propia economía vaya retomando una activación después de más de un año con la pandemia y sus limitaciones.
La crisis de hoy
Lógicamente, un año de parón ha provocado una situación económica crítica. Cuando parecía que por fin llegaba la tan ansiada recuperación, tras una década económica muy mala, la crisis sanitaria ha golpeado, y bien fuerte, a muchas empresas. Todos esperamos con ilusión el final de la crisis sanitaria, de los contagios, de las limitaciones para personas y negocios. En la medida que se consuma el plan de vacunación, al fin la economía se podrá poner en marcha.
La crisis económica en la que ahora nos encontramos sumidos está generando muchos problemas de supervivencia. Según datos de la empresa Cobratis España ya ahora los datos de impagados son muy altos. Muchos negocios se han visto obligados a cerrar y otros están en la cuerda floja. La crisis de impagos que estamos viviendo es algo sin precedentes y la morosidad empresarial está por las nubes.
Sin trabajo, sin recursos
El cierre de empresas y negocios, así como que sectores como el turismo no estén estimulando de la manera que se esperaría a nuestra economía está recayendo de manera directa en el panorama inmobiliario y son demasiadas las personas que no pueden pagar alquileres o hipotecas de casas y pisos.
El problema de esto es que la recuperación de la economía, cuando la vacunación llegue a la mayoría de la población, no va a ser inmediata. Todos los expertos hablan de que será un proceso, más o menos rápido. Y esto hará que estos impagados continúen durante un tiempo, de manera que serán muchos los propietarios de inmuebles que deberán tomar medidas para asegurar el cobro de sus alquileres.
Dificultades en las empresas y en las familias
A finales de 2020, el Consejo Superior del Poder Judicial (CSPJ), presentó un informe sobre el impacto que ha tenido esta situación de pandemia en los procesos judiciales. Uno de los impactos más importante ha sido los procesos concursales de empresas. En el tercer trimestre del año, tanto los procesos de empresas, como los de particulares, han experimentado un incremento del 34,2% en el caso de las empresas y de un 63,4% en el caso de las personas físicas.
También se nota un incremento en todo lo relacionado con el proceso monitorio. Y es que, este tipo de procesos se incrementaron en una 10,9% respecto a las cifras de 2019. Está claro que los impagos se han acrecentado en este año 2020, debido al frenazo de la actividad económica.
Una recuperación que no llega
El problema de todo esto es que, debido a los problemas habidos en el proceso de vacunación, no se está consiguiendo una activación más rápida de la economía y la anhelada recuperación económica está sufriendo serios retrasos. Así, si las previsiones iniciales indicaban que el inicio de la recuperación sería en la primavera de 2021, ahora se prevé que esta llegara en verano y se consolidará en otoño de 2021, sin que nuestro PIB vuelva a recuperar cifras importantes de crecimiento hasta 2022.
De esta manera, como puede verse, este retraso efectivo en la recuperación compromete seriamente a familias y empresas muy afectados por la situación. El riesgo de una crisis peor es evidente y esto es fuente de muchísima preocupación. ¿Conseguirán familias y organizaciones resistir hasta llegar a la recuperación?
Divorcios, la otra consecuencia
El número de divorcios en España está batiendo récords inauditos. Se habla de dos causas principales de estas separaciones definitivas de los matrimonios: la crisis económica y la saturación de la convivencia.
Efectivamente y cómo dice el saber popular, “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”. Así, las dificultades económicas provocan muchos problemas en matrimonios que están teniendo esos problemas. Y son muchos los matrimonios que están viendo su fin por estas dificultades.
Tampoco ha ayudado en nada la convivencia forzosa que provocó el largo confinamiento de tres meses al que fueron obligados los ciudadanos por la crisis sanitaria. Esta convivencia ha causado mella en muchas relaciones matrimoniales y ha provocado, lamentablemente, su fin.
Como puede verse, es la vacunación la gran esperanza para que la normalidad vuelta a nuestras vidas y esto es a todos los niveles, como personas, como trabajadores y también, por nuestra economía, porque será gracias a ella que nuestro país vuelva a activarse y se recupere de esta grave crisis.