Una de las muchas preguntas que los investigadores tienen sobre COVID-19 es cuánto tiempo permanece vivo el coronavirus después de que alguien infectado tose o estornuda. Una vez que las gotas que transportan el virus se evaporan, el virus residual muere rápidamente, por lo que la supervivencia y la transmisión de COVID-19 se ven directamente afectadas por el tiempo que las gotas permanecen intactas.
En un estudio que publican en la revista ‘Physics of Fluids’, los investigadores han examinado el tiempo de secado de las gotas respiratorias de sujetos infectados con COVID-19 en varias superficies en seis ciudades de todo el mundo.
Estas gotitas se expulsan por la boca o la nariz cuando alguien con COVID-19 tose, estornuda o incluso habla con humedad. El tamaño de las gotas es del orden del ancho del cabello humano, y los investigadores examinaron las superficies que se tocan con frecuencia, como los picaportes de las puertas y las pantallas táctiles de los teléfonos inteligentes.
Utilizando un modelo matemático bien establecido en el campo de la ciencia de la interfaz, los cálculos del tiempo de secado mostraron que la temperatura ambiente, el tipo de superficie y la humedad relativa desempeñan papeles críticos.
Por ejemplo, una temperatura ambiente más alta ayudó a secar la gota más rápido y redujo drásticamente las posibilidades de supervivencia del virus. En lugares con mayor humedad, la gota permaneció en las superficies por más tiempo, y las posibilidades de supervivencia del virus mejoraron.
Los investigadores determinaron el tiempo de secado de las gotas en diferentes condiciones climáticas al aire libre y examinaron si estos datos estaban relacionados con la tasa de crecimiento de la pandemia de COVID-19.
Los investigadores seleccionaron Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Miami, Sydney y Singapur y trazaron la tasa de crecimiento de pacientes con COVID-19 en estas ciudades con el tiempo de secado de una gota típica. En las ciudades con una mayor tasa de crecimiento de la pandemia, el tiempo de secado fue más largo.
«En cierto modo, eso podría explicar un crecimiento lento o rápido de la infección en una ciudad en particular. Este puede no ser el único factor, pero definitivamente, el clima al aire libre es importante en la tasa de crecimiento de la infección», explica Rajneesh Bhardwaj, uno de los autores.
«Comprender la supervivencia del virus en una gota seca podría ser útil para otras enfermedades transmisibles que se propagan a través de las gotas respiratorias, como la gripe A», señala Amit Agrawal, coautor del estudio.
El estudio sugiere que las superficies, como las pantallas de los teléfonos inteligentes, el algodón y la madera, deben limpiarse con mayor frecuencia que las superficies de vidrio y acero, ya que estas últimas son relativamente hidrófilas y las gotas se evaporan más rápido en estas superficies.