“Iba medio llorando por la calle, pidiendo dinero, diciéndole a la gente que su mujer era mala y enseñándole una condena que le habían impuesto porque ella le denunció por impago de la manutención de sus hijos”, indicaron a El Español fuentes próximas a la investigación del caso de David Sánchez Orenes, ‘El Cartagenero’, quien, antes de ahorcarse, asesinó a puñaladas a su hijo Cristian, de tan solo 11 años, el pasado jueves en el municipio murciano de Beniel.
Los vecinos de Laura, madre de los hijos de David, aún no se creen lo que ha ocurrido. “Menudo cobarde: ¡Por qué no se ahorcó él y dejó en paz al chiquillo!”, lamentan llenas de rabia dos residentes de la calle Salzillo, Ángeles y Mónica. “David pasaba por aquí veinte veces al cabo del día, iba zombi con las pastillas para la depresión, miraba por la casa de su exmujer y por la casa de sus exsuegros, cuando no veía ni a Laura ni a sus hijos se marchaba al centro del pueblo y después volvía otra vez”, añaden las vecinas.
Al parecer, David atravesaba una situación personal complicada. Sus allegados sostienen que, además de sus visibles problemas de salud mental, no tenía un euro para hacer frente a la hipoteca del piso que compró con su exmujer, ni tampoco para abornarle los 300 euros mensuales por la pensión de sus dos hijos, David, de 18 años, y el fallecido Cristian, de 11.
“Prácticamente vivía en la indigencia, le habían cortado la luz y el agua”, indicaron las citadas fuentes de la investigación. ‘El Cartagenero’ había tocado fondo y su situación era un secreto a voces en esta población de 12.000 habitantes, rodeada de caminos de huerta, y situada en la Comarca Oriental de la Región de Murcia al límite con Orihuela. “Había dicho varias veces que se quería quitar la vida”, comentaba una vecina suya a El Español. “Estaba depresivo y en su familia ha habido más casos de suicidio: un hermano suyo se ahorcó hace años”.
“La puerta estaba cerrada por dentro”, indican las citadas fuentes de la investigación. En ese momento, David telefoneó a Cristian y se mascó la tragedia: “El teléfono sonaba en el interior del piso”. No dejaba de sonar. Nadie contestaba a la llamada. “El adolescente dio la autorización para llamar a un cerrajero y entrar”. La decisión de forzar la cerradura puso fin a momentos de angustia y dio paso a la tragedia. “El crío llevaba muchas puñaladas por todo el cuerpo”, detallaron las citadas fuentes. El cadáver del pequeño, de 11 años, fue hallado en el pasillo del piso. El padre se había ahorcado en la cocina. De esta forma cobarde puso fin a los sueños del pequeño Cristian, tal y como lamentaba su tío: “El próximo curso iba a empezar a estudiar Educación Secundaria Obligatoria en el instituto Gil de Junterón de Beniel y quería apuntarse a un equipo de fútbol”.
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