El próximo 1 de septiembre 477 kilómetros de autopistas de peaje dejarán de ser de pago. Los 262 kilómetros de la AP-7 y 215 kilómetros de la AP-2 son un paso más en el fin de concesiones que el Gobierno ha decidido no prorrogar. Lejos de que esto suponga que circular por las vías de alta capacidad en España vaya a ser gratis para los usuarios, el pago por uso de este tipo de infraestrucutras está más cerca que nunca.
Y es que, de la mano de la desaparición de los pejes, volarán 752 millones euros al año de ingresos de las arcas españolas. Una pérdida de ingresos que se suma a los más de 2.000 millones de costes que el mantenimiento de las autovías gratuitas suponen anualmente.
En un contexto en el que los costes en materia de pensiones y sanidad crecen de forma costante, la puesta en marcha de un sistema de pago por utilizar las vías de alta capacidad en España es visto como algo irremediable. Tanto es así que esta medida está recogida en el Plan de Recuperación y Resiliencia enviado por el Gobierno a Bruselas para aprovechar los fondos Next Generation.
Estudio de demanda
Al igual que en el resto de tramos liberados desde junio de 2018, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana está trabajando en un estudio de demanda y necesidad de actuaciones tras la supresión del peaje. Según señalan desde el ministerio «se prevé un aumento del tráfico de estas autopistas con una mejor distribución del mismo que permitirá mejoras en la seguridad vial, la congestión y la contaminación».
En todo caso, esta reversión ha supuesto la gestión directa por parte del ministerio, generando nuevos sectores de conservación en los que se ha utilizado un nuevo modelo de pliego. Concretamente, en los sectores que se añadirán a partir del 1 de septiembre, el pasado mes de abril se licitaron siete contratos de conservación y mantenimiento por un importe de 137 millones euros.
La liberación de estos peajes se suma a los de noviembre de ese mismo año con el tramo de la AP-1 Burgos Armiñon, siguiendo en 2020 con la liberación de la AP-7 entre Tarragona y Alicante y de la AP-4 entre Sevilla y Cádiz; hitos a los que ahora se suman las próximas liberaciones de la AP-2 y la AP-7. En total, se han liberado 1.029 kilómetros de autopistas de peaje desde 2018.
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