En el negocio textil, cualquier mínimo detalle cuenta. Y es algo que saben todos aquellos que gestionan una empresa de estas características. La calidad de los productos, una adecuada presentación y un diseño de marca acorde a los valores de la compañía se acaban convirtiendo en la carta de presentación adecuada. Los clientes se muestran especialmente exigentes y no solo se conforman con prendas duraderas y funcionales.
Una buena percepción de calidad contribuye a generar confianza, lo que a la larga se traducirá en fidelización y recomendaciones a terceros. Pero hay una serie de errores muy comunes que acaban empañando esa sensación, y que le pasarán factura a la imagen de tu marca.
Los errores más frecuentes que perjudican a tu marca
Básicamente hay tres fallos que se repiten con demasiada frecuencia y que pueden solucionarse sin demasiado esfuerzo. Uno de los más graves es la utilización de materiales de baja calidad para la fabricación de sus productos. En ocasiones puede resultar tentador desde el punto de vista económico, pero también se corre el riesgo de perder la confianza del cliente. Las prendas hechas con materiales inapropiados se desgastan más rápido, pierden su forma original y eso tendrá unas consecuencias negativas para la reputación de la marca. Por lo tanto, se hace imprescindible apostar por materiales que cumplan unos estándares de calidad, aunque el margen de beneficio se reduzca.
No menos importante es el descuido que suele haber a veces en lo que se refiere a la presentación. En ese intento por mostrarnos cuidadosos y respetuosos con la marca, también habrá que cuidar detalles como las etiquetas para ropa personalizadas. No solo informan sobre la composición y cuidado del material, sino que también se acaban convirtiendo en una prolongación de la marca. Un error bastante frecuente es no prestarle a esto una cierta atención, ya sea porque presente un diseño poco profesional, información errónea o porque no se ajuste a nuestros principios como firma. Esa dejadez puede llevar a cualquier negocio a provocar una mala impresión en los clientes.
Una manera de solucionar esto es usando etiquetas personalizadas, que refuercen la identidad de la marca. Además de mejorar la apariencia de las prendas, conseguirás que los compradores sientan que están adquiriendo algo exclusivo y de alta calidad.
El tercer fallo hace referencia a un diseño de marca inconsistente, que no sea capaz de reflejar los valores y personalidad del negocio. En el caso de que el diseño de tu logo, colores, tipografía o elementos visuales no consigan transmitir una cierta solidez en las distintas plataformas y productos puede darse el caso de que se cree confusión entre el público y el mensaje que mandes no sea el adecuado.
Por eso resulta necesario crear una identidad de marca formal, en donde todos los elementos mencionados anteriormente queden alineados con los principios de la firma. Además, tu identidad de marca debe estar estrechamente vinculada con el mensaje que tratas de hacer llegar al público. Si tu negocio destaca por su compromiso con la calidad, sostenibilidad e innovación, también deben aparecer recogidos dichos valores en esos detalles del diseño.
Además, tu identidad de marca debe estar estrechamente relacionada con el mensaje que deseas transmitir a tus clientes. Si tu negocio es conocido por su compromiso con la calidad, la innovación o la sostenibilidad, estos elementos deben reflejarse en cada aspecto de tu diseño.
Pequeños cambios pueden variar la percepción del cliente
Los errores que afectan a la percepción de calidad en tu negocio textil pueden parecer insignificantes, pero en realidad tienen un gran impacto en la manera en que los clientes ven tu marca. Al prestar atención a los materiales, presentación y diseño de la marca conseguirás reforzar la imagen de tu firma y eso es algo que valorarán los usuarios.
Recuerda que el éxito de una empresa de este sector no solo depende de la calidad de las prendas, también entra en juego su presentación y la manera de conectar con el público por medio de una imagen profesional y coherente. Se tratan de factores que no pasan inadvertidos para el cliente. Sin embargo, tenemos en nuestra mano darle la vuelta a esa situación con pequeños cambios que ayudarán a conseguir una fidelización y el crecimiento del negocio.