Desde este mismo jueves, el uso de las mascarillas en espacios cerrados y en la vía pública es obligatorio para las personas mayores de seis años siempre y cuando no se pueda mantener una distancia de seguridad de dos metros. La evolución de la pandemia en nuestro país ha hecho que Sanidad, que hasta hace unas semanas sólo recomendaba su uso en personas sanas si estaban en contacto con contagiados, adopte esta medida por «precaución» ante los riesgos que entraña la desescalada.
El asunto de las mascarillas preocupa sobremanera al conjunto de la población. ¿Cuáles son las más recomendables para salir a la calle? ¿Por qué el Gobierno decía en un principio que no había que usarlas y ahora dice que sí? ¿Son seguras las mascarillas caseras? Todas estas cuestiones se han ido planteando (y resolviendo) durante las últimas semanas. Sin embargo, ahora que su utilización se ha vuelto imprescindible, muchas personas se preguntan cuántas veces se pueden utilizar los distintos tipos de mascarillas que encontramos en el mercado o si tenemos que dejarnos un dineral en cubrebocas. Vayamos por partes.
Mascarillas higiénicas
Las mascarillas higiénicas son, junto con las mascarillas quirúrgicas, las que están recomendadas para la población general. Así lo señala el Ministerio de Sanidad en un documento que acaba de ser actualizado. En él se indica que «las mascarillas higiénicas son un complemento a las medidas de distanciamiento físico e higiene» y que su uso «podría colaborar en la disminución de la transmisión del virus».
¿Se pueden utilizar varias veces? En principio, se recomienda «no reutilizar las mascarillas a no ser que se indique que son reutilizables». El fabricante indicará además cuántos lavados aguantan en la lavadora y cómo han de hacerse. El ministerio que dirige Salvador Illa recomienda dos métodos: con detergente en la lavadora a una temperatura de entre 60 y 90 grados; o sumergiéndolas en una dilución de lejía 1:50 con agua tibia durante 30 minutos y lavando y aclarando con agua y jabón después.
«Las no reutilizables deben ser eliminadas después de su uso recomendado. Por cuestiones de higiene y comodidad, se recomienda no usar la mascarilla por un tiempo superior a 4 horas. En caso de que se humedezca o deteriore por el uso, se recomienda sustituirla por otra», dice Sanidad.
Mascarillas quirúrgicas
Las mascarillas quirúrgicas son aquellas que acostumbramos a ver en los hospitales o cuando vamos a la consulta del dentista. Están diseñadas para filtrar el aire exhalado y «su misión es proteger a quienes están a tu alrededor, evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar». Es decir, sirven para evitar que nosotros, en el caso de que estuviéramos infectados, acabemos contagiando a otras personas. También se recomiendan para la población general y su precio ha sido fijado en las farmacias en 0,96 euros.
¿Son reutilizables? No. De hecho, Sanidad recomienda cambiarla cuando la notemos sucia o húmeda. Su vida útil también es de cuatro horas de uso. Ahora, tal y como explica la farmacéutica y divulgadora Marían García (Boticaria García) en 123 preguntas sobre el coronavirus, una librito en formato PDF en el que contesta a las dudas más habituales sobre el virus, tampoco hay que volverse loco. «Las mascarillas quirúrgicas no son reutilizables. Si no se dispone de otra mascarilla y solo se sale a la calle una vez a la semana, puede ser una opción conservarla dentro de una bolsa al volver a casa. En una semana se habrán inactivado los posibles virus y no es necesario andar con experimentos caseros».
Con «experimentos caseros» la farmacéutica se refiere a todo tipo de ocurrencias que ha ideado el ser humano estos días y que no sirven para nada. Es decir, ponerse dos mascarillas quirúrgicas a la vez y en direcciones opuestas no va a aumentar su eficacia, como tampoco lo hará pegar un salvaslip en el interior de la mascarilla.
Mascarillas filtrantes (FFP o N95 en EEUU y KN95 en China)
Las mascarillas filtrantes están destinadas para el uso de los profesionales sanitarios en los equipos de protección individual (EPIs) y para el personal de riesgo que puede estar expuesto a contagio como las fuerzas de seguridad, por lo que la población general debe optar por las higiénicas o las quirúrgicas para salir a la calle. «Se recomiendan fundamentalmente para su empleo por profesionales para crear una barrera entre un riesgo potencial y el usuario. […] Tienen como finalidad filtrar el aire inhalado evitando la entrada de partículas contaminantes en nuestro organismo», dice Sanidad.
Así, podemos encontrar las FFP1, que filtran el 78% de las partículas, las FFP2, que filtran el 92%, y las FFP3, cuya capacidad de filtrado se eleva hasta el 98%. Su vida útil puede extenderse hasta 48 horas. Estas mascarillas son de un solo uso y no deben reutilizarse, según explica en su blog Marián García. Ahora, en un contexto de escasez de material, se han planteado algunas soluciones de urgencia.
Investigadores de la Universidad de Stanford publicaron hace unas semanas un trabajo en el que evaluaron distintos métodos de desinfección caseros. El trabajo, tal y como explica, García concluye que aplicar calor a 75 grados durante 30 minutos podría ser una alternativa como último recurso. El motivo es que «aunque no afecte a la capacidad de filtrado, sí puede afectar a la manera en que se ajuste la mascarilla, suponiendo esto también una merma en su eficacia”.
Desinfectar la mascarilla con alcohol o con lejía puede acabar dañando los filtros. De la misma forma, también se desaconseja la utilización del microondas. «No existen datos concluyentes sobre la efectividad de la higienización a través de este método. Por lo tanto, no se debe emplear en ningún caso. Además, puede incluir una tira metálica para el ajuste nasal y sería peligroso introducirla en el microondas», dice Sanidad.