Desde el inicio del estado de alarma, ir al supermercado es una de las pocas actividades que se pueden hacer fuera de casa para llenar nuestra nevera. Pero pese a lo esfuerzos de las propias cadenas y la concienciación de la gente, todavía es fácil incurrir en errores que pueden facilitar el contagio por coronavirus.
La clave para hacerlo bien está en uno de los elementos de protección que más usamos: los guantes. Su principal objetivo es proteger las manos para que con éstas no toquemos nada susceptible de estar contaminado. Pero esto no sirve de nada si luego cometemos errores como los que destacaba la farmacéutica y experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño en Twitter.
«Para hacer un uso correcto de los guantes debemos saber que son para un momento puntual en una situación concreta: No se sale de casa con guantes, no se usa el móvil con guantes, no se toca la cara con guantes».
«No seáis insensatos. No tiene ningún sentido usar guantes y luego manipular cosas como un boli que toca mil superficies. Si usas los guantes para lo mismo que las manos desnudas y luego te tocas la cara, estás gastando recursos y contaminando… total, pa nah», dijo la divulgadora en otro mensaje.
Un estudio publicado en The New England Journal of Medicinerealizado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos reveló que el coronavirus tenía una supervivencia de entre dos y tres días en materiales de plástico como los que encontramos en los supermercados. En cuanto a cartones y cartulinas, la permanencia podía ser de hasta 24 horas, o de cuatro horas en el cobre.
Por eso, no sirve de nada si llevamos guantes en el supermercado y luego nos tocamos la cara con ellos.
De manera accesoria, tampoco se recomienda manosear los productos de las estanterías, sino tocar sólo lo imprescindible.
Por otro lado, tampoco se recomienda llevar los guantes puestos antes de salir de casa. Sólo se deben usar para actividades muy concretas.