Desde el pasado 1 de enero 15 nuevas localidades de España forman parte de la selecta lista de la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España. Un referente que cuenta ya con un total de 94 lugares.
No es sencillo entrar en esa lista, pues se requieren algunos requisitos. Uno de ellos es tener menos de 15.000 habitantes, luego ha sido necesario superar más de 40 criterios, como su limpieza, la conservación de sus fachadas, el estado de sus parques o jardines o, incluso, la buena circulación por sus calles.
Entre este nuevo listado se encuentran dos lugares de Canarias: Betancuria, en Fuerteventura, y Teguise, en Lanzarote. Se suman así a estos otros 13 pueblos: Alcudia (Baleares), Atienza (Guadalajara), Castellar de la Frontera (Cádiz), Castrillo de los Polvazares (León), Culla (Castellón), Mogrovejo (Cantabria), Monteagudo de las Vicarías (Soria), Olivenza (Badajoz), Pastrana (Guadalajara), Pollença (Baleares), Ponte Maceira (Coruña), Robledillo de Gata (Cáceres) y Vinuesa (Soria).
Betancuria fue la primera ciudad fundada en Canarias y la primera capital de la región hasta 1834. Situada en el valle del Macizo de Betancuria, un parque rural, resulta una de las zonas menos desérticas de Fuerteventura, además de su municipio menos poblado, ya que no llega a los 800 habitantes.
Es la localidad de mayor interés histórico artístico de esta isla y uno de sus grandes atractivos es el Museo Arqueológico de Betancuria, donde el viajero puede ver cómo vivían los antiguos habitantes de Fuerteventura.
Betancuria, primer pueblo de Fuerteventura en entrar a la Asociación Los Pueblos más Bonitos de España, debe su nombre al conquistador francés Jean de Bethencourt.
Uno de sus atractivos arquitectónicos es la primera catedral de Canarias, destaca la red de pueblos bonitos.
Situada en el nordeste de Lanzarote, la villa de Teguise fue una de las primeras poblaciones fundadas en Canarias. Capital de Lanzarote hasta 1847, conserva un notable conjunto de edificaciones de gran valor histórico-artístico.
Destacan el castillo de Santa Bárbara, ahora convertido en Museo de la Piratería; el Palacio Spínola, ubicado en una casona señorial del siglo XVIII; la antigua iglesia de Guadalupe, y el convento de San Francisco.
Una ruta por Teguise permite al viajero hacerse una idea de cómo era la vida en Lanzarote durante los primeros tiempos de presencia colonial. Además del patrimonio histórico, la antigua capital isleña posee museos como la Casa del Marqués de Herrera y Rojas, y la Casa Perdomo.
Especial interés cultural tiene la Casa del Timple, nuevo espacio divulgativo en el que se explican las características sonoras de este singular instrumento musical de Canarias.