En nuestra tierra los empresarios del sector turístico ocupan la cima de la pirámide de los millonarios de Canarias y se frotan las manos en nuestras islas. El año pasado, la región batió el récord de visitantes, con cerca de 16 millones de turistas, según Frontur. Las doce mayores fortunas de Canarias suman un asombroso patrimonio de 2.880 millones, un 1,1% del patrimonio que acaparan los 350 más ricos españoles (un 1,5% si se descuenta la distorsión que genera el ‘efecto Amancio Ortega’). Tres de ellos se incluyen en la XII edición de «Los 200 más ricos de España».
La mayor empresa canaria es, sin embargo, de capital peninsular como suele pasar. DISA Corporación Petrolífera, que aprovisiona de combustible a las islas, pertenece a familias de otra época aún ricas ligadas al nacimiento de Campsa: Carceller, Biosca, Recasens, Llisó y Ribas. Los dos primeros, figuran entre los 200 más ricos del país.
Los más ricos nativos de Canarias son los los hermanos Eustasio, Francisco y Sebastián López González, dueños a partes desiguales del gigante turístico Lopesan, hoteles IFA y contratas de basuras, obras y mantenimiento en decenas de municipios con mayoría nacionalista.
Le sigue Satocan, la constructora de Juan Miguel Sanjuán, Hospitén, la red de hospitales de Pedro Luis Cobiella y el canario-alemán Wolfgang Kiessling dueño del Loro Parque o Siam Park.