Ayer la OMS presentó el martes el tan esperado informe resultado de un mes de investigaciones sobre el origen del coronavirus en Wuhan, China, una investigación que deja más preguntas que respuestas y varios frentes abiertos.
El largo informe final desgrana y analiza durante sus 120 páginas decenas de miles de datos, pero no llega a aclarar dónde se originó el virus de ninguna manera, cómo pudo saltar a los humanos ni cuándo se produjo el primer caso, aunque sí aporta varias claves para tratar de responder a estas preguntas.
El proceso no ha sido fácil. Ben Embarek destaca que «hubo presión política de todos los lados, también el chino» y que tampoco «hubo tiempo para descansar, siquiera para dormir». Los investigadores no se atreven siquiera a garantizar que puedan llegar a volver a Wuhan. «Es difícil decir cuándo y si volveremos [a Wuhan], pero creo que hay consenso en que se deben realizar más estudios», explicó el Ben Embarek.
¿Cómo saltó el coronavirus a los seres humanos?
El equipo planteó y analizó cuatro hipótesis para explicar cómo pudo producirse el primer caso en un ser humano: salto directo desde un reservorio animal (murciélago o pangolín), salto a través de un intermediario animal, salto a través de contaminación alimentaria o la cadena de frío y que el virus escapara de un laboratorio.
La investigación considera las más plausible de ellas la del contagio a través de un animal intermediario en el que el virus pudo evolucionar el tiempo suficiente como para facilitar un salto posterior a humanos. Esto es así, explica el estudio, porque los coronavirus animales más parecidos al SARS-CoV-2 hallados hasta la fecha (detectados en murciélagos de herradura que viven en el este asiático), están varias décadas de distancia evolutiva alejados del actual, por lo que faltaría un eslabón perdido para explicar el salto.