A sus 91 años, María Dolores Rosales se ha sentado en el banquillo de los acusados para hacer frente a la demanda de desahucio que pesa sobre ella, que reside desde 1937 en uno de los pisos de un edificio construido el siglo pasado en Santa Cruz de Tenerife, cuando María Dolores tenía apenas ocho años, según informó Radio Televisión Canaria (RTVC).
Los actuales propietarios de la vivienda reclaman a Dolores cantidades, unos 11.000 euros, adeudadas a lo largo de los años en conceptos como la tasa de Basura, IBI y renta.
Según argumenta la defensa, María Dolores ya habría pagado lo que debía y advierte del fin especulativo de la demanda.
Todo queda ahora en manos de la Justicia, que decidirá si Dolores tiene que abandonar su vivienda antes del 17 de enero.