Hace aproximadamente 8,000 a 6,000 años antes de Cristo, para los científicos las regiones que hoy conocemos como el Mar del Norte y el Báltico no eran cuerpos de agua, sino extensas llanuras que albergaban civilizaciones antiguas. El fin de la última Edad de Hielo, marcado por un significativo aumento en los niveles del mar, sumergió estas áreas, borrando casi todos los vestigios de las sociedades que prosperaron allí. No obstante, no todos los rastros se perdieron en las profundidades.
Investigadores y científicos de varias instituciones europeas, incluyendo el Centro de Investigación de Paisajes Sumergidos de la Universidad de Bradford, el Servicio Geológico TNO de los Países Bajos, el Instituto Marino de Flandes y la Universidad de York, están colaborando en un proyecto denominado SUBNORDICA. Este esfuerzo busca explorar estas civilizaciones perdidas hace tiempo, con un enfoque particular en Doggerland, que se cree que fue un próspero asentamiento en la región del Mar del Norte hace unos 8,200 años.
Vincent Gaffney, líder del Centro científico de Investigación de Paisajes Sumergidos, explicó en un comunicado de prensa que el nivel del mar mundial era 130 metros más bajo hace veinte mil años. Con el calentamiento global progresivo y el aumento del nivel del mar, paisajes únicos que fueron hogares de sociedades humanas durante milenios desaparecieron bajo las aguas. «No sabemos casi nada sobre la gente que vivía en estas grandes llanuras», señaló Gaffney, destacando la importancia estratégica del desarrollo de plataformas costeras en el contexto del avance hacia el cero neto en emisiones de carbono.
Doggerland es un mundo nuevo que sorprende a los científicos
SUBNORDICA empleará tecnologías de punta como el mapeo avanzado del lecho marino, simulación por computadora de asentamientos perdidos, inteligencia artificial, estudios sísmicos y acústicos, y perforaciones. Estas herramientas no solo buscan desenterrar los secretos del pasado, sino también preparar el terreno para futuras iniciativas de energía verde. En marzo, la Universidad de Bradford anunció planes para analizar datos de magnetómetros, los cuales pueden revelar áreas de formación de turba o erosión, como en los antiguos canales fluviales.
Este esfuerzo es crucial para los científicos no solo por su valor histórico y arqueológico, sino también porque las plataformas costeras donde estas civilizaciones existieron ahora son áreas clave para el desarrollo de parques eólicos marinos. Este desarrollo podría restringir el acceso a sitios arqueológicos clave, lo que añade urgencia a la investigación de SUBNORDICA.
Los investigadores y científicos estiman que, en su momento, 7.7 millones de millas cuadradas que ahora están sumergidas estaban sobre el agua, con 1.16 millones de millas cuadradas a lo largo de la actual costa europea. Estas tierras se describen como «la tierra más atractiva para asentamientos prehistóricos en cualquier parte del continente», lo que refleja su importancia para el entendimiento del pasado humano y su adaptación a cambios climáticos.
A través de estudios de científicos de buceo en la bahía de Aarhus en Dinamarca y otros lugares, SUBNORDICA busca determinar la extensión de los asentamientos costeros y cómo los recursos marinos fueron explotados hace entre 9,000 y 8,500 años, según Peter Moe Astrup, arqueólogo submarino del Museo Moesgaard. Esta información será crucial para realizar investigaciones en áreas hoy menos accesibles, preservando y entendiendo el legado de quienes nos precedieron.
En un contexto donde las naciones del Mar del Norte continúan luchando contra el aumento del nivel del mar y descubriendo nuevos mundos en selvas y océanos —una lucha que, para algunos, parece una repetición de la historia—, los científicos se esfuerzan por descubrir y comprender las vidas de aquellos que experimentaron cambios climáticos similares y cuyas civilizaciones fueron tragadas por el mar. Este proyecto no solo revela historias enterradas bajo las olas, sino que también ofrece lecciones sobre cómo las sociedades pueden adaptarse —o sucumbir— a cambios ambientales dramáticos.