La idea para los científicos de que una luna cubierta de hielo y océano pueda ser un refugio potencial para formas de vida extraterrestre ya no parece tan lejana. Encélado, uno de los satélites más fascinantes de Saturno, ha vuelto a situarse en el centro del debate científico tras un hallazgo que sugiere que las condiciones necesarias para la vida podrían estar presentes bajo su superficie gélida.
El descubrimiento, realizado por un grupo de científicos de la Universidad Libre de Berlín liderado por el astrofísico Nozair Khawaja, se basa en el análisis de antiguos datos de la nave espacial Cassini de la NASA, que durante más de una década exploró el sistema de Saturno antes de finalizar su misión en 2017. Los investigadores encontraron nuevas y viejas moléculas orgánicas en los chorros de hielo que Encélado expulsa hacia el espacio, los cuales provienen de su vasto océano subterráneo.
Según los científicos, aunque aún no se ha hallado vida en esta luna de apenas 500 kilómetros de diámetro, los componentes detectados son consistentes con los elementos necesarios para la aparición de organismos biológicos. “No hemos encontrado vida, pero sí los ingredientes que podrían permitirla”, señaló Khawaja. “Cada nueva muestra que analizamos refuerza la idea de que Encélado reúne condiciones favorables para la vida”.
Encélado, que debe su nombre a un gigante de la mitología griega, es un mundo helado con una superficie blanca y reflectante, tan fría que alcanza temperaturas de unos -170 °C. A pesar de su tamaño reducido, el satélite mantiene un océano líquido bajo su corteza helada, cuya existencia se conoce gracias a los géiseres que expulsan vapor y partículas de hielo al espacio, un fenómeno que actúa como una “ventana” hacia su interior.
Encélado, el laboratorio natural de los científicos
Para los científicos, Encélado representa una oportunidad única: es uno de los pocos lugares del sistema solar donde se puede estudiar directamente el contenido de un océano extraterrestre. Las partículas eyectadas desde su superficie forman parte del anillo E de Saturno, un anillo tenue compuesto en gran parte por hielo, en el que la nave Cassini detectó restos orgánicos que podrían ser la huella química de procesos prebióticos.
Durante un sobrevuelo cercano en 2008, la sonda recogió diminutos granos de hielo que posteriormente fueron modificados por la radiación del espacio. En su interior, los científicos descubrieron no solo agua congelada, sino también las mismas moléculas orgánicas que habían sido observadas previamente en el anillo E. Además, hallaron otras nuevas que en la Tierra se asocian a los bloques básicos de la vida, como los aminoácidos.
Los resultados, publicados el 1 de octubre en Nature Astronomy, fortalecen el argumento de que Encélado podría ser habitable, aunque los autores insisten en que aún no hay pruebas directas de vida. En palabras de Khawaja, “la evidencia que tenemos justifica nuevas misiones dedicadas a buscar señales biológicas en Encélado”.
La comunidad de científicos planetarios considera que los próximos pasos deben centrarse en diseñar una sonda capaz de atravesar los chorros helados y analizar muestras en tiempo real. Tal misión podría confirmar si los procesos químicos observados son puramente geológicos o si tienen un origen biológico.
Saturno es un misterio para los científicos
El sistema de Saturno, con sus anillos y decenas de lunas, se ha convertido en un campo de estudio apasionante. Actualmente, se conocen 274 satélites naturales orbitando el planeta, y 128 de ellos fueron identificados en marzo de 2025. Sin embargo, Encélado no es la única luna que despierta interés entre los científicos: en 2024, un grupo de investigadores franceses descubrió evidencias de un océano líquido bajo la superficie helada de Mimas, otro pequeño satélite apodado “la Estrella de la Muerte” por su parecido con la famosa base espacial de Star Wars.
Estos hallazgos multiplican las esperanzas de encontrar entornos habitables más allá de la Tierra. La NASA, por su parte, avanza con la misión Europa Clipper, que en 2030 sobrevolará la luna Europa de Júpiter, otro mundo donde se sospecha la presencia de un océano subterráneo.
Para muchos científicos, la confirmación de vida en alguno de estos lugares sería un hito sin precedentes. “Encélado nos recuerda que la vida podría surgir en los lugares más fríos y oscuros del universo”, explicó Khawaja. “Cada molécula descubierta nos acerca un poco más a entender cómo comenzó todo”.
La luna Encélado se consolida como uno de los principales objetivos de la exploración espacial moderna. Los científicos coinciden en que este diminuto mundo helado podría albergar respuestas fundamentales sobre el origen de la vida y su posible existencia más allá de nuestro planeta. Si algo ha demostrado la investigación reciente, es que los científicos no están dispuestos a renunciar a la idea de que, bajo una capa de hielo a miles de millones de kilómetros de la Tierra, podría existir un océano lleno de secretos y, quizás, de vida.