Gerard es el dueño de una panadería situada en Barcelona. En la puerta de su negocio figuran dos ofertas empleo: una para «maestro pastelero» y otra, que figura justo encima, para «dependientas para nuestras tiendas». Inspección de Trabajo considera que las oferta de trabajo discrimina «en función del sexo» y, por ello, le ha sancionado con una multa de 7.500 euros.
«El hecho de ser hombre o mujer (…) resulta del todo irrelevante para el desarrollo de la actividad profesional indicada», señala la denuncia.
El dueño de la panadería, en declaraciones a Antena 3, considera que la multa es «desproporcionada» y califica lo ocurrido como un «malentendido». De hecho, insiste en que «que seas hombre o mujer nos da absolutamente igual».
Así, Gerard ha decidido recurrir la multa y espera que todo se aclare: «es una sanción que a cualquier comercio le podría poner contra las cuerdas»