“Creí que la sociedad, las industrias y las personas, en general, todo dependería de la energía o tendría su eje a largo plazo con las energías renovables. Entendí que sería una parte importante del futuro.” Con estas palabras, Fernando Romero Martínez resume la convicción que marcó un punto de inflexión en su carrera. Su trayectoria refleja la capacidad de detectar tendencias a tiempo y de apostar por sectores con potencial de transformación. Formado en Derecho y con experiencia en banca privada y mercado de valores, inició su camino profesional en las finanzas, pero pronto decidió orientar sus esfuerzos hacia el sector energético, convencido de que la transición hacia un modelo sostenible sería inevitable.
El proyecto que consolidó esa visión fue la creación de EiDF Solar. Desde Galicia, la compañía se especializó en autoconsumo industrial fotovoltaico y, en pocos años, logró un crecimiento que la convirtió en un referente en España. El recorrido empresarial de Romero Martínez no ha sido lineal, ya que ha atravesado etapas de expansión acelerada, reconocimientos y también momentos de ajuste en un mercado sujeto a estricta regulación. En conjunto, su perfil muestra la imagen de un empresario que combina disciplina, visión de largo plazo y capacidad de adaptación frente a contextos exigentes.
Carrera y visión de Fernando Romero Martínez
Los primeros pasos de su carrera estuvieron ligados al mundo financiero, un entorno donde aprendió a desenvolverse en operaciones complejas y a aplicar la disciplina necesaria para responder a la presión de los mercados. Esa experiencia le proporcionó una base sólida para gestionar proyectos de envergadura. Sin embargo, a partir de 2006 su atención se centró en la energía solar, convencido de que el futuro industrial y social giraría en torno a la sostenibilidad.
Con esa certeza, fundó EiDF Solar en 2008. La empresa creció de manera constante y llegó a cotizar en BME Growth, consolidándose como una de las principales compañías españolas dedicadas al autoconsumo fotovoltaico. A lo largo de su trayectoria, recibió diversos reconocimientos, entre ellos el Premio Ciencia e Innovación de La Razón en 2018 y el galardón de Pyme del Año de Pontevedra ese mismo año. En 2019 fue finalista al Premio Nacional Joven Empresario, lo que reforzó su perfil como figura destacada del sector.
El estilo de liderazgo de Fernando Romero ha pasado por distintas etapas. Durante más de 15 años se caracterizó por una dedicación total al negocio, marcada por la disciplina, el esfuerzo y el compromiso sin descanso. Con el tiempo, ese enfoque se amplió para incluir valores como la empatía y la comprensión, con el objetivo de fortalecer equipos y crear un entorno empresarial más equilibrado.
El salto del ámbito financiero al energético supuso un reto complejo. El sector de las renovables, en especial la fotovoltaica, requiere un alto nivel de conocimiento técnico y una continua actualización frente a un marco regulatorio en constante transformación. Romero Martínez ha señalado que la clave está en mantener una estrategia de largo plazo capaz de anticiparse a los cambios legales.
En cuanto a su definición de éxito, Fernando Romero Martínez lo entiende como el resultado de creer en un proyecto, compartir un objetivo con otros y alcanzarlo como parte de un camino más amplio. Para él, cada logro es un paso dentro de un proyecto de vida, lo que le otorga un significado más profundo que el simple cumplimiento de metas económicas.
Un recorrido marcado por la adaptación y el liderazgo
La biografía de Romero pone de relieve cómo un perfil profesional puede evolucionar de la banca privada y los mercados financieros hacia un sector tan exigente y transformador como el de la energía fotovoltaica. Su visión temprana sobre el papel de las renovables, su capacidad para fundar y consolidar una empresa de referencia y la evolución de su estilo de liderazgo muestran a un empresario capaz de adaptarse a distintos entornos manteniendo coherencia en sus valores.
Más allá de los resultados financieros, su trayectoria confirma que el verdadero impacto de un proyecto se mide en la confianza que genera, en la capacidad de anticiparse al futuro y en el compromiso con un desarrollo sostenible. Fernando Romero Martínez refleja cómo la disciplina, la visión estratégica y la capacidad de adaptación pueden estar presentes en una trayectoria caracterizada por la innovación y la resiliencia