Los controles policiales, ya sea de alcohol, drogas o velocidad, entre otros, no son registros fortuitos que buscan únicamente penalizar a los conductores, sino inspecciones que intentan velar por la seguridad en las carreteras, ya sea sancionando a los infractores o protegiendo a aquellos que podrían toparse, por ejemplo, con una persona ebria al volante.
Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha fijado como uno de sus objetivos prioritarios para este año 2020 acabar con las alertas telemáticas de controles policiales mediante multas a los responsables. En estos sentido, una de las mayores claves de esta iniciativa será la aleatoriedad, por lo que saber el punto exacto donde se encuentran, hará que pierdan su eficacia.
Una práctica de la que, desde hace años, se aprovechan numerosos conductores que pretenden quebrantar la ley en las carreteras. De hecho, existen varias aplicaciones móviles cuya funcionalidad primordial es indicar el punto exacto en el que se encuentran estos registros e, incluso, a través de grupos de WhatsApp.