Los llamados «canarios sin alas», personas originarias de las islas Canarias que viven en otras partes de España, suelen sentir rabia y frustración al no poder pasar las navidades en el archipiélago debido a los altos precios de los billetes aéreos para personas no residentes en las islas. Fernando Cabrera, presidente de una asociación que lleva siete años denunciando estos precios, señala que una familia con dos adultos y dos niños que no compra con mucha antelación no puede volar a Canarias por menos de 3.000 euros en las fechas clave de las vacaciones de invierno, a veces ni siquiera comprando con mucha antelación. Los billetes más baratos son los primeros cinco o diez, después se encarecen.
Cabrera cree que solo pueden comprar billetes a un precio más asequible los jubilados, solteros o estudiantes que saben con tiempo cuando pueden disponer de días libres. Él mismo no puede arriesgarse a comprar un billete sin saber si tendrá vacaciones, estará enfermo o tendrá que suspender el viaje.
Cabrera considera que viajar desde Madrid a Nueva York le sale más económico que a Canarias y se siente cansado de las «buenas intenciones» de los políticos, especialmente cuando se acercan las campañas electorales, que tratan de buscar soluciones. Una de ellas ha sido un proyecto piloto del Ministerio de Transportes para fijar una Obligación de Servicio Público (OSP) entre Canarias y la Península y poner un tope a los precios máximos.
Cabrera también señala que es necesario «poner la cara colorada» a los políticos para que busquen una solución y «investiguen» lo que ocurre con el descuento de residente, ya que las aerolíneas «se quedan con el dinero» mientras el residente «siempre paga lo mismo» y los «canarios sin alas» hasta cuatro veces más. Vueling acaba de ser sancionada con la obligación de devolver 459.000 euros por incidencias con el descuento.
Cabrera lamenta que la conectividad en Canarias «se mira desde el prisma turístico y nunca nadie se plantea que hay muchas familias que quieren volver a ver a sus padres, a sus abuelos, a sus hijos». También critica la falta de competencia entre las aerolíneas y cómo no hay alternativas aéreas para volar a Canarias desde otros puntos de España.