Las niñas de San Ildefonso

El infantil femenino del colegio La Salle logró ganar el pasado Torneo Ciudad de Alcalá ante las canteras más importantes de toda España; su secreto es no distinguir entre jugadoras del primer y segundo equipo
El buen ambiente y la igualdad de oportunidades es la clave de un conjunto acostumbrado a ganar| Sergio Méndez
El buen ambiente y la igualdad de oportunidades es la clave de un conjunto acostumbrado a ganar| Sergio Méndez
El buen ambiente y la igualdad de oportunidades es la clave de un conjunto acostumbrado a ganar| Sergio Méndez

Es una generación de niñas acostumbradas a ser campeonas de todo, desde que comenzaron juntas en preminibásket hasta el fin de semana pasado, cuando aprovechando las vacaciones de Semana Santa se hicieron con el Torneo Ciudad de Alcalá, donde se impusieron a clubes como Estudiantes, Rivas o Easo. El conjunto infantil femenino del colegio La Salle de San Ildefonso logró de esta forma el último éxito de un equipo de un centro educativo que ha visto como, en los últimos tiempos, el protagonismo que antes tenían ellos en sus equipos de base ha pasado a ser de ellas.

En cada entrenamiento del equipo dos entrenadores se encargan de hacer crecer cada día hasta a 18 jugadoras. Solo 12 pueden tener ficha en el equipo A, pero desde el cuerpo técnico se afanan en que la denominación A y B que tanto marca en otros clubes quede en segundo plano.

“Nosotros decimos que somos un grupo de trabajo, no nos gusta diferenciar. Como solo se nos permite tener 12 licencias jugando en Primera División decidimos coger a una mitad de niñas con licencias en el A y las otras en el B”, señala Ángel Romero, primer entrenador de un conjunto que ha visto como en los últimos tiempos el número de niñas llegadas desde fuera del colegio ha crecido. “Es normal que cuando tienes un grupo ganador exista la tendencia a traer jugadoras, pero la gran mayoría son niñas que están con nosotros desde la Escuelita”.

Entrenar todas juntas
Con algunos refuerzos llegados el pasado verano, Ángel Romero y Ángel Castilla, su ayudante, tratan de que todas las niñas puedan entrenar a la vez, teniendo como uno de los principales estímulos que aquellas jugadoras que habitualmente juegan con el B puedan hacerlo también con el primer equipo: “Es importante que ellas sepan que, si evolucionan durante el año, trabajando y progresando, nadie tiene la puerta cerrada a subir de categoría. Cerrar y decir que unas son de un equipo y otras de otro no es algo que veamos beneficioso”.

Con esa filosofía, a pesar de lo complicado que es poder dirigir a un grupo tan grande que a veces “tiene que dividirse” por cuestiones puntuales a la hora de entrenar, todas las niñas de este equipo de La Salle han tenido participación en el primer equipo: “En el deporte, como en otros ámbitos, no todo el mundo tiene la misma capacidad y aptitud, pero todo el mundo tiene la opción y, a día de hoy, todas ellas han participado, en mayor o menor medida, en el equipo A”.

Campeonas de Tenerife y Canarias en preminibásket, de Canarias en minibásket y campeonas de Tenerife y subcampeonas de Canarias el curso pasado, este es un grupo “muy competitivo” desde su inicio y lo que no se ha querido desde el cuerpo técnico era que “desde la llegada de buenas jugadoras” el pasado verano pudieran quedar algunas fuera del mismo después de haber protagonizado junto a la misma generación del colegio Luther King todas las finales anteriormente citadas.

En los últimos años el baloncesto femenino parece haber tomado la delantera al masculino en el colegio La Salle, acostumbrado a tener buenas generaciones de niños, como la de hace solo tres o cuatro años, con aquella del 98 y 99 que fueron campeones de Tenerife en varias ocasiones.

Pero, ¿cuál es el secreto del cambio? “Si hablamos de este equipo es evidente que es muy buen grupo y cuando un grupo funciona no suele ser por temas deportivos únicamente, sino porque hay un gran ambiente alrededor del mismo y porque las niñas tienen mucho feeling entre ellas…Se han juntado muchas cosas para que hayamos podido tener los últimos años equipos competitivos en el colegio”.
La mejor prueba del buen ambiente fundamental en este equipo es el recuerdo que tiene el entrenador y el resto de su equipo para Sofía López Melián, jugadora que, lesionada, acudió a Alcalá para poder estar junto al resto de suscompañeras.

Ángel, que fue técnico ayudante en el equipo infantil femenino que el año pasado quedó tercero de España, cree que el modelo de trabajo que llevan a cabo “es importante” pero que la verdadera clave “que no se entrena” es “el talento”. “Hemos tenido la suerte de tener a buenas generaciones de deportistas”, indica mientras destaca “la gran implicación” de todos los entrenadores del club. “Sin ayudarnos entre todos no podríamos hacer nada”, insiste como receta principal para que los éxitos lleguen.

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