El portero con alma de alero

Una llamada telefónica hizo que Dani Hernández se decidiera por el fútbol en lugar de por el baloncesto, su otra gran pasión
El jugador nacido en Venezuela optó finalmente por el balón de fútbol, aunque siente pasión por el mundo de la canasta. Andrés Gutiérrez
El jugador nacido en Venezuela optó finalmente por el balón de fútbol, aunque siente pasión por el mundo de la canasta. Andrés Gutiérrez
El jugador nacido en Venezuela optó finalmente por el balón de fútbol, aunque siente pasión por el mundo de la canasta. Andrés Gutiérrez

Una casualidad tuvo la culpa de que Dani Hernández se decidiera por la portería en lugar de por el aro, porque fútbol y baloncesto son dos de las grandes pasiones del portero del CD Tenerife, que cumplirá el próximo domingo 50 encuentros con la camiseta blanquiazul.

Casi en edad juvenil, Dani tuvo que esperar un verano la llamada del conjunto tinerfeñista: “Te llamaban para decirte si seguías o no el año que viene, pero yo ya le había dicho a mi padre que, si no me llamaban, me quería dedicar a jugar a baloncesto”.

Los dos deportes de su vida son por influencia familiar. El guardameta empezó a jugar a fútbol gracias a que ya lo hacía Meji, su hermano mayor, mientras que a lanzar a canasta se dedicaba su padre, que, como él mismo recuerda “no era nada malo” o al menos era “lo que decía” su abuela.

Las canchas del Colegio Echeyde veían jugar a fútbol y baloncesto a un chico espigado, con condiciones físicas casi para cualquier deporte, apasionado del CD Tenerife y de los New York Knicks a pesar de que desde que tiene “uso de razón” no les ha visto ganar “nada”.

Algunos años más tarde se marcharía a Madrid, a jugar al Rayo Majadahonda, donde su amigo Héctor le presentaría en el metro a un base tinerfeño llamado a hacer historia: “Conocí a Sergio Rodríguez por casualidad, nos presentó este amigo en el metro hace 13 o 14 años, cuando él jugaba en el EBA del Estudiantes. Luego jugaría un Europeo en el que destacó muchísimo y disputaría la final de la ACB”.

Desde aquel día hasta ahora esa amistad ha ido creciendo, seguramente apoyada en el gusto de Dani por el baloncesto y por la admiración que el portero tiene hacia el base: “Es una persona que no ha cambiado desde que empezó hasta ahora. Sigue con sus mismos amigos y siendo una persona sencilla, por eso lo admiro a demás de como jugador”.

Hernández empezó a ser un espectador habitual en las canchas de baloncesto de las ciudades en las que él jugaba, como Huesca, Murcia o Valladolid y, ahora, el Santiago Martín: “Es un deporte muy entretenido porque siempre pasa algo. Un partido de fútbol puede quedar 0-0 con dos equipos que van a defender, pero que solo pueda ganar uno creo que es algo positivo para el deporte”.

Con “rabia” por no poder acudir al Iberostar Tenerife- Real Madrid del próximo domingo, Dani cree que tanto su equipo como el canarista atraviesan “un buen momento” en la temporada, aunque prefiere ser cauto a la hora de marcarse objetivos: “Tengo claro que los dos lucharemos en cada partido como si fuera una batalla y creo que mejoramos cada jornada”.

Con buena relación con Javi Beirán, Hernández cree que los play-offs “son posibles” para los canaristas, que deben apoyarse en un pabellón en el que la animación es “increíble”. “Hablo bastante con él, le gusta mucho el fútbol. Estoy seguro de que se dejarán la piel por entrar en esas eliminatorias”.

Mientras, él llegará al medio centenar de partidos “orgulloso” de vestir de blanco y azul sin pensar demasiado en el futuro: “Yo voy mucho día a día, y soy de esas personas que cree que lo mejor estar por llegar. Ahora puedo estar bien, pero mañana estaré mejor”.

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