“En el ascensor apareció una grieta por donde se veía el sol”

Hicham El Achab, quien perdió en el suceso a su esposa Hanan, afirmó ante la Policía Judicial que “los albañiles llevaban trabajando semanas”
FOTO: SERGIO MÉNDEZ
FOTO: SERGIO MÉNDEZ

“En el ascensor apareció una grieta por donde se podía ver el sol”, comentó ayer Hicham El Achab (41 años), esposo de la marroquí Hanan Mrabet, que perdió la vida cuando el jueves por la mañana se desplomó el edificio Julián José, en el número 12 de la calle de Amalia Alayón, en Los Cristianos. “Esas grietas en la pared del ascensor las podían ver todo el mundo”, afirma con voz entrecortada y con síntomas de cansancio.

Hicham, padre de dos niños de 6 y 4 años, que trabaja como técnico de mantenimiento en el hotel Mediterranean Palace (Arona), todavía afectado por la pérdida de su esposa, ha querido dejar claro que “los vecinos llevábamos un par de semanas preocupados por el edificio”, y declaró ante la Policía Judicial, como también lo hizo la presidenta de la Comunidad, Ánima Marrero, que “se estaban haciendo obras que podían ser las causantes de las grietas”, afirmando además que “los dos albañiles llevaban más de dos semanas trabajando”, incluso “hasta de noche”, que sentía cerca al residir en el primer piso del inmueble colapsado, justo encima del antiguo local de Banesto, que fue reformado para tal fin en el año 2000.

Hicham, que está alojado ahora en una casa de unos compatriotas, nos atiende por teléfono mientras a sus dos pequeños se les oye jugando, de quienes apenas se ha separado desde que el jueves a primera hora de la mañana se enteró de tan trágico suceso, cuando su mujer, recién llegada de dejar a sus dos hijos en el colegio, perdía la vida como otros seis inquilinos del Julián José.

FOTO: ANDRÉS GUTIÉRREZ
Los vecinos de los edificios contiguos al siniestrado ya pudieron regresar ayer tarde a casa. / FOTO: ANDRÉS GUTIÉRREZ

Vuelta a casa
Un total de 43 personas, según datos facilitados por el Área de Servicios Sociales, regresaban ayer, a partir de las seis de la tarde, a sus viviendas en los edificios colindantes al número 12 de la calle de Amalia Alayón, de donde habían sido desalojadas como medida de seguridad a raíz del derrumbe que tuvo lugar el pasado jueves.

De las 90 personas que habían sido realojadas temporalmente en hoteles o domicilios de familiares, permanecerán en esta situación las 13 afectadas del edificio derrumbado y los familiares de tres fallecidos (dos italianos y un finlandés), que siguen pendientes del cotejo del ADN. El resto se corresponde a personas que residían en régimen de alquiler y que han manifestado que no desean regresar a estos edificios, de modo que han localizado una nueva vivienda, o de personas que han interrumpido sus vacaciones de larga estancia para regresar a sus países. Hay que recordar que en el edificio solo residían habitualmente dos propietarios, la presidente de la Comunidad (Ánima Marrero) y una mujer que resultó herida grave y sigue ingresada, ya fuera de peligro (Coromoto Arvelo).

Los edificios desalojados son Chicharro, Porlamar, Linares y Bruno, así como varios locales comerciales que podrán reabrir sus instalaciones a partir de hoy y que se han reagrupado en una asociación para defender sus intereses ante el Ayuntamiento, que ha decidido mantener el cierre de los dos locales comerciales del número 10, un edificio pequeño que en su parte superior alberga una vivienda que no está habitada. Los técnicos explican que no existen problemas estructurales graves, sino que se requiere una valoración más amplia.

En cuanto a la parte del inmueble que permanece en pie, se ha estabilizado la estructura y ahora se procederá a elaborar el estudio técnico para la obra de demolición. Aún no hay fecha para estos trabajos, que dependerá de la elaboración del proyecto de obra, aunque no será antes de dos semanas, cuando tendrán que volver a ser desalojadas las personas que, después de cinco días, pudieron dormir anoche en sus hogares.

Mientras tanto, peritos forenses recogían ayer pruebas en el lugar de los hechos dentro de las diligencias que lleva la jueza Sofía Elena Valdivia López.

[su_note note_color=”#d0d3d5″ radius=”2″]“Todos los técnicos de Urbanismo están tranquilos; por algo no les han llamado”
“Todos estamos tranquilos en el Ayuntamiento, por algo no nos han llamado a declarar”, afirmó ayer David Miguel Pérez, concejal de Turismo y portavoz municipal durante el dispositivo montado a raíz del derrumbe del edificio en la calle de Amalia Alayón. Pérez se refería a la investigación abierta por el Juzgado Número 3 de Arona sobre las causas del suceso, insistiendo en que las obras que se realizaban en el inmueble no contaban con licencia municipal y valorando “el trabajo que han realizado y están realizando todos los técnicos sobre el terreno”, con asesoramiento de colegas de Granadilla.[/su_note]

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