Micael Cabrera es un joven de Arona que, con 18 años, quiere buscarse la vida y cree que su futuro puede ser precisamente salvar la de los demás. Él es uno de los 15 alumnos que se forman en socorrismo en espacios acuáticos naturales, mientras a la vez perciben un salario, en un proyecto financiado por el Servicio Canario de Empleo (SCE) y promovido por el Ayuntamiento de este municipio turístico del sur tinerfeño, con el compromiso de que al final varios de ellos permanecerán contratados una vez finalizado el curso, que dura nueve meses.
Detrás de las cifras del paro en Canarias hay miles y miles de historias como la de Micael, tantas como las 243.632 personas que buscan trabajo en el Archipiélago. La formación en oficios que demanda el mercado laboral es un camino que han emprendido 1.065 personas, quienes, en 71 proyectos diferentes financiados por el Servicio Canario de Empleo (SCE) se forman mientras perciben un salario. De ellos, 334 quedarán contratados al menos un semestre más.
Se trata de las políticas de empleo que sustituyen a las escuelas taller o casas de oficio, que han dado paso a los programas de formación en alternancia con el empleo, PFAE (con 675 alumnos en 26 iniciativas diferentes) y la garantía juvenil (390 participantes en 26 proyectos, como este que se desarrolla en Arona).
Micael Cabrera considera que gracias a esta oportunidad “tiene una opción real” de trabajo en un oficio demandado por hoteleros, administraciones públicas, empresas especializadas en socorrismo y parques temáticos. “Esto me ha abierto un mundo, y me gustaría trabajar ayudando a los demás, aunque imponga mucho el saber que en algún momento tendrás que salvar vidas”, confiesa. Sabe que debe estar preparado para que, en tales casos, “dar, no el 100%, sino el 300%, y pensar que la persona a la que auxilias es como un familiar tuyo”.
A este tipo de proyectos como en el que se halla Micael destinó el SCE, organismo dirigido por Alejandro Martín, cerca de 14 millones de euros en 2014, 8,8 para desempleados en general y 5,1 para jóvenes en la garantía juvenil.
Hay que destacar que no solo las Administraciones Públicas pueden acogerse a estos fondos, sino también organizaciones o fundaciones sin ánimo de lucro, siempre que entre sus fines estén la formación y el empleo, que acrediten disponer de locales aptos para las actividades, y que además puedan comprometerse a que al menos tres de los alumnos contratados durante su aprendizaje continúen contratados al menos durante seis meses más por cuenta propia o ajena.
Los alumnos-trabajadores pasan por dos etapas: una obligatoria de nueve meses en los que combinarán empleo y formación y otra, voluntaria, en la que las entidades promotoras pueden acordar con empresas su participación en prácticas profesionales no laborales de un mes, según explica la coordinadora de proyectos de PFAE, Carmen Lilia Quintana. La duración de la jornada de trabajo real es del 75%, en la que se incluyen horas de formación práctica, mientras que el resto de la jornada es de formación teórico-práctica.
En el caso de este curso de socorrismo, DIARIO DE AVISOS pudo asistir a los ejercicios que realizan en la playa de Las Vistas, durante la simulación de un rescate, momento al que corresponde la imagen principal que ilustra este reportaje, y en la que participó Micael. “Tienes que ser muy fuerte mentalmente para este oficio, porque sabes que una vez a la semana o al mes tendrás una vida en tus manos”, comenta este joven tinerfeño, sabedor además de que está en un momento clave para su futuro laboral.
La directora de este proyecto es Teresa Martínez, técnico en emergencias sanitarias, psicóloga clínica y con 12 años de experiencia como socorrista. Explica que la media de estos alumnos-trabajadores es de 25 años y que el programa formativo incluye no solo la preparación física en natación, sino también primeros auxilios, rescate, prevención y vigilancia e inglés, entre otros conocimientos. Martínez subraya además que el proyecto incluye un curso de Bandera Azul, de la ADEAC, la entidad que otorga estas distinciones, y que forma, por ejemplo, en servicios como el de baño adaptado, con el cual los socorristas ayudan a las personas discapacitadas a acceder al mar y disfrutar del baño con seguridad.
La psicóloga expone que en estas playas de la costa turística del sur de Tenerife las emergencias más habituales tienen que ver con turistas de avanzada edad, normalmente ancianos con problemas de tipo circulatorio, y son menos comunes las que afectan a niños. Además, pone de relieve las frecuentes llamadas de atención que deben hacer a quienes desobedecen la bandera roja, que indica prohibición de bañarse o acceder a escolleras por mal estado del mar. “En esas ocasiones, que se dan a diario, si no nos hacen caso, debemos llamar a la Policía, para que esas personas imprudentes abandonen la zona de peligro”, apunta la directora.
La coordinadora del proyecto, la pedagoga Vanesa Morales, señala que este oficio tiene salida laboral, y que su función es velar por que se cumpla el programa formativo previsto para que los alumnos aprendan lo que en realidad van a necesitar luego como socorristas profesionales.
Estos jóvenes tienen un sueldo, mientras se forman, de algo más de 550 euros, más Seguridad Social. Contratados por la entidad promotora del proyecto, alternan la preparación teórica con un trabajo efectivo, para facilitar la adquisición de las competencias reguladas en los certificados de profesionalidad vinculados al objeto del proyecto. Los participantes que obtengan evaluación positiva podrán realizar una segunda etapa complementaria de prácticas profesionales no laborales en empresas.
Al cabo de 10 meses, como máximo, jóvenes como Micael Cabrera podrán contar con una titulación. Él es moderadamente optimista, pues aunque conoce que casi la mitad de los canarios menores de 25 años están sin trabajo, en su caso ha iniciado un camino para intentar salir de esa lista.
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Cerca de 300 contrataciones para personal docente y adeministrativo
Los proyectos de formación en alternancia con el empleo (PFAE) están dirigidos a desempleados en general con baja cualificación profesional, necesidades formativas especiales o dificultades para su inserción. La Consejería de Empleo y Políticas Sociales que preside Patricia Hernández financia dos tipos de proyectos en este programa: para desempleados de larga duración menores de 40 años y para personas en paro de 40 años o más. No pueden participar personas con titulación universitaria; con ciclos formativos de grado medio y superior, FP II, certificados de profesionalidad de nivel 2 o superior o relacionados con escuelas taller, casas de oficios y talleres de empleo.
En cuanto al programa de Garantía Juvenil, está dirigido a jóvenes desempleados de entre 16 y 30 años, sin cualificación profesional, con mayores dificultades de inserción y no integrados en los sistemas de educación o formación, además de estar inscritos en el SCE y en el Registro del Sistema Nacional de Garantía Juvenil. En 2016 el Gobierno canario volverá a convocar subvenciones, que además han permitido en la convocatoria de 2015 que se contrate a 284 personas como personal docente y administrativo[/su_note]