José Luis Perales: “Yo hablaría con música”

José Luis Perales (Castellón, 1945) actuará el próximo sábado en el Auditorio de Tenerife (21.00 horas, entradas desde 28 euros). Ni se acuerda, dice, de su última visita a la Isla: “Creo que solo he hecho dos conciertos allí”. Voz inconfundible y compositor de cabecera de un largo listado artistas (Isabel Pantoja, Jeanette, Raphael, Julio Iglesias, Mocedades…), Perales presentará las canciones de Calma, su primer trabajo de estudio en cuatro años.

-Un disco con un sonido marcadamente americano.

“El productor ha sido mi hijo Pablo, que lleva tres años viviendo en Boston, y lo hemos grabado en Los Ángeles. No es casual, por tanto, ese sabor americano. Tenía cierto temor de que Pablo hiciera un disco tan alejado de mi estilo que no me sintiera cómodo, pero no ha sido el caso. Es como si empezara una nueva etapa en la música. Y estoy encantando. Lo que más me gusta es que, después de tantos años, las críticas están siendo muy buenas. Así que esta vez sí: voy a ser una gira muy larga. Se prolongará hasta abril o mayo del año que viene, e incluirá América y Estados Unidos. Para una vez que salgo de tour no escatimaremos esfuerzos”.

-El título, Calma, contrasta mucho con los tiempos de crispación actuales.

“Era un poco la idea. Uno enciende la televisión y pone el telediario y parece que eligen las peores noticias para ponértelas una detrás de otra. Te vas a la cama absolutamente frustrado y reivindicando un poquito de calma. Y no hablo solo de España. El mundo en general está muy crispado. Es una barbaridad lo que está pasando. Me gustaría la calma para la gente”.

-Ha dicho que ahora se siente menos cursi cantándole al amor.

“Hay gente que me metía en ese saco, pero la verdad es que nunca me he sentido cursi cantando al amor. El amor a las cosas, a los amigos, a los hijos, a la pareja; ¿de verdad hay alguien que no haya saboreado eso? Hablar del amor es la más hermoso que se puede hacer. Y lo contrario lo más triste que le puede pasar a un ser humano. Una política importante me dijo una vez: cuando yo era universitaria, todos mis amigos hablaban de Perales como alguien muy romanticón, cursi incluso. Ahora, que los años han pasado, me ha confesado que todos tenían mis discos y se sabían los temas”.
-Más que el amor, su temática preferida ha sido el desamor.

“Cierto y eso no es cursi, sino algo durísimo. Hay un pelín de masoquismo en esta cosa del desamor, como ocurre con las canciones mexicanas. De todos modos, lo que más me gusta hacer y contar son las historias cotidianas de la gente, las que sentimos todos, y a eso ponerle música. Porque yo, más que un cantante, soy un contante de historias”.

-Después de tantos discos y canciones, ¿cómo mantiene viva la llama de la inspiración?

“Para mí pensar en algo es pensar en música. Yo hablaría con música. Ante cualquier observación, una imagen o un paisaje, me surge automáticamente una música. Y la escribo. Por eso digo que soy más un contante de historias que un cantante. Siempre que existan historias eso tiene una música. Basta con escribirla”.

-¿Se ha planteado alguna vez interpretar canciones de otro?

“Nunca se ha dado el caso, quizás por que produzco mucho material propio. De hecho, tengo una cantidad tremenda de temas pendientes de grabar algún día. En este disco, por ejemplo, presenté 32 canciones y finalmente se grabaron ocho. Las otras dos que completan el álbum salieron de papeles ya amarillos descartadas en trabajos anteriores. No estaría mal grabar algo de otro compositor, pero en mi caso no ha surgido la oportunidad”.

-Los elefantes y Love of Lesbian, referentes del mundo indie, han grabado una versión de Te quiero. ¿Qué le parece?

“Ese detalle de esta gente tan moderna y evolucionada se agradece mucho. Son unos tíos muy agradecidos, incluso me han propuesto acompañarles a algún festival indie de verano. Me han despertado agradecimiento por su reivindicación a mi música”.

-Hace poco se atrevía con una novela, La melodía del tiempo.

“La experiencia ha sido buenísima. Salió en noviembre y ya va por la tercera edición. Va más que bien. Incluso acaba de salir en Estados Unidos y en toda América Latina. No se puede pedir más para una primera novela. Me ha resultado muy entretenido escribir un texto largo. De hecho, ya estoy escribiendo algo nuevo, aunque la editorial aún no lo sabe”.

-También se prodiga con la escultura y la cerámica.

“En realidad soy aprendiz de todo y maestro en nada. Ahora estoy experimentado con una cerámica de porcelana traslúcida. Una cosa que se usaba en el siglo XVII en la antigua Europa. Soy una persona muy curiosa. También me gusta dedicarme a mi pequeño huerto. Soy muy difuso, no me centro en una sola cosa, pero no pierdo el tiempo en absoluto. No paro una hora sin hacer nada”.

-¿Ha pensado en retirarse? ¿Se ha puesto fecha de adiós?

“Nunca me lo planteo, aunque últimamente me lo preguntan mucho. Mientras tenga algo que ofrecer, y siempre que el alma y la voz me funcionen, saldré al encuentro de la gente. Otra cosa será cuando no haya gente para verme en un teatro o no se vendan mis discos. Hay que ser meridianamente inteligente para darte cuenta. Pero, en este momento, me siento pleno de inspiración y ni me lo planteo”.

-En las pasadas elecciones de diciembre confesó que votó a Izquierda Unida.

“Siempre me ha dado igual el partido que gobierne; lo importante es que lo haga bien. De verdad, me da igual la izquierda que la derecha, nunca he votado al mismo. Los únicos que no me gustan nada son los ultras. Y para estas próximas elecciones lo tengo clarísimo, pero no lo voy a contar”.