
El sector asegurador ha superado en los últimos cinco años de forma positiva la crisis económica. Si en los años 2009 y 2010 las compañías de seguro tenían que hacer frente a una merma de clientes que dejaban de pagar las pólizas debido a los recortes en el hogar, ahora, sí sirve como indicador de que la situación económica se está recuperando, hay una vuelta de tuerca.
Ignacio Eyries, director general de Caser, explicó a este periódico que, en general, el seguro no deja de ser sino “la prevención del futuro y si, en un momento determinado, tengo problemas para llegar a final de mes pues, evidentemente dejaré de preocuparme por prever el futuro para ocuparme del presente. Y es entonces cuando reduzco coberturas o anulo determinadas pólizas, como por ejemplo, las de salud, donde si tengo algún problema determinado siempre tengo la asistencia pública”, detalló.
En este caso, afirmó que si hay un indicador que sirve para medir que la economía familiar se está reactivando es el seguro. “Nosotros, en Canarias, hemos notado como en el caso de los seguros de salud, se están contratando más pólizas, lo que significa que la gente empieza a prevenir su futuro”. Eyries explicó que en el sector asegurador pasa una cosa curiosa. En época de crisis económica, “tenemos menos costes, porque al haber menos actividad, tenemos menos gastos. Ahora”, continuó, “se produce el efecto contrario. Hemos notado un incremento de la siniestralidad, lo que es otro indicador de que la actividad económica se está reactivando”.
Según un estudio de Línea Directa, de cada 100 siniestros de vehículos declarados a las aseguradoras, seis son intentos de fraude
No obstante, si hay una cuestión donde el sector ha trabajado en estos años de crisis es en la calidad del servicio. En opinión de Eyries el sector asegurador ha aprendido en estos años que tiene que estar “más orientado” al cliente y tener una “respuesta rápida” cuando se produce un siniestro. “Cuanto más rápida es la respuesta ante un conflicto más contento estará el cliente; en caso contrario”, declaró, “nos arriesgamos a perder una póliza que llevaba años con nosotros”. Las aseguradoras hacen encuestas de satisfacción cada vez que un cliente utiliza un seguro y éstas han ido mejorando con los años.
Aún así, haciendo un poco de autocrítica, Eyries reconoció que “no hay nada como una venta de póliza mal hecha”. De hecho, hay un estudio de Acierto.com que dice que 3 de cada 10 españoles desconocen las coberturas en su seguro de hogar. “Es aquí donde viene el grado de insatisfacción porque, o bien no utilizamos el seguro pensando que no nos cubre, o bien acudimos a él pensando que si y después no cubre lo que pensábamos”. En este sentido, Eyries señaló que es importantísimo explicar en el momento de la adquisición de la póliza qué es exactamente lo que cubre el seguro. “De nada nos sirve el enorme esfuerzo de vender una póliza si después de un siniestro perdemos a ese cliente”. Y añadió: “Las aseguradoras no nos ganamos la vida no pagando lo que nos corresponde porque, en última instancia, en un tribunal, si no está clarísimo, las compañías tenemos todas las de perder”.
La picaresca
Sin embargo, uno de los aspectos que más afecta a las aseguradoras es la picaresca, el fraude, sobre todo en el seguro de automóviles. Según un estudio reciente de Linea Directa, entre 2009 y 2014, coincidiendo con la época fuerte de la crisis ecónomica el fraude en este sector se multiplicó por 3,5, con un coste estimado de unos 1.190 millones de euros. Es decir, que, de cada cien siniestros de vehículos declarados a las entidades aseguradoras, seis son intentos de fraude.
Ignacio Eyries, en cambio, asegura que el intento de fraude en realidad “no tiene que ver con la crisis, sino que viene ya en el ADN del español y que ha existido siempre, con o sin crisis”. “En Caser, por ejemplo, cada año detectamos más, lo que no sabemos es cuántas nos cuelan. Hay estimaciones que lo cifran en un 10% o un 15%”.
Para Eyries la industria en este aspecto concreto del fraude tiene un “defecto” y es que el cliente que “nos ha intentado robar no recibe ninguna sanción”. Según Eyries, al que ha intentado robar no solo a la aseguradora sino a todos los asegurados “hay que denunciarle, y ponerle una multa, sobre todo para que sirva de ejemplo al que quiera intentarlo, porque sino siempre habrá alguien que lo quiera intentar, por si cuela”. Pero reconoció que esto no se hace “por un miedo reputacional” de las compañías. “Da mala imagen, pero es una forma de desanimar al que quiera intentarlo”.
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“Una sociedad envejecida cambia de hábitos, consume menos”
El mundo del seguro está en todos los aspectos de la vida, con lo cual su repercusión social es importantísima. De hecho, es signo de desarrollo económico y financiero de un país su nivel de aseguramiento. En este sentido, Ignacio Eyries se detuvo en uno de los problemas a los que la sociedad se tendrá que enfrentar en los próximos años, y es al envejecimiento de la población. El otro día, la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife hacía público un informe que decía que ya, el año que viene, habría más muertes que nacimientos en Canarias y que en el año 2030 habría menos parados, porque la población estará más envejecida. En este sentido, Eyries señaló que el Gobierno debe hacer una labor pedagógica y empezar a concienciar a los jóvenes para que se hagan un plan de pensiones privado porque su pensión va a ser menor que la de sus padres. “Una sociedad envejecida cambia de hábitos: consume menos. Las personas mayores compran menos cosas; es una sociedad que se va desvitalizando”.
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