10 películas saboteadas por sus propias estrellas

Los actores y músicos de esta lista llevaron a un nivel superior su poca simpatía por la cinta que protagonizaban, ya fuera como protagonista, secundarios o como centro de un documental saliera a la luz

Casi cualquier estrella tiene algún tropezón en su carrera. Malas decisiones de su agente, guiones que quedaban mejor sobre el papel, proyectos que no motivan lo suficiente, montajes que recortan demasiado… Hay de todo, pero no cualquiera es capaz luego de sabotear su propia película. A veces, incluso, pidiendo que nadie la vea.

Los actores y músicos de esta lista, sin embargo, sí que lo hicieron. Llevaron a un nivel superior su poca simpatía por la cinta que protagonizaban, ya fuera como protagonista, secundarios o como centro de un documental, y obstaculizaron que viera la luz. En algunos casos lo consiguieron -relegando el film a rincones oscuros de Internet-, pero en otros sólo sirvió para que más gente fuera a las salas, muy a su pesar.

SEAN CONNERY

1- SEAN CONNERY – LA LIGA DE LOS HOMBRES EXTRAORDINARIOS (2003)
La película que consiguió que Sean Connery se retirara para siempre del cine no podía quedar fuera de esta lista, máxime cuando el intérprete había rechazado ser Gandalf en la trilogía de El Señor de los Anillos por esta cinta. La terrible adaptación de la novela gráfica de Alan Moore hizo el sir escocés sólo aceptara volver para ponerle voz a un videojuego de James Bond y una serie de animación británica. Y, aparte de Connery, alguien más se comprometió a no hacer más cine tras La Liga de los Hombres Extraordinarios: su director, Stephen Norrington.

La relación entre los dos era tan mala que la producción se retrasó, así como el propio rodaje. Norrington no asistió al estreno y cuando le preguntaron a Sean Connery por esta ausencia, sólo dijo “comprueba en el asilo local”. Huelga decir que tras el estreno todos los implicados la han repudiado diciendo que siempre fue una idea equivocada y que la experiencia de trabajo fue horrible.

LEONARDO DICAPRIO

2- LEONARDO DICAPRIO -DON’S PLUM (1995)
Don’s Plum se ha convertido en una especie de leyenda urbana de Hollywood desde que su director, R. D. Robb, comenzó a intentar su estreno en salas. Hecha en 1995, como un “favor a un amigo” tal y como dijeron DiCaprio y Tobey Maguire -grandes amigos en la vida real-, la cinta se volvió muy valiosa en cuanto ambos se convirtieron en estrellas de renombre. Fue en ese momento cuando el cineasta quiso estrenarla, pero ambos actores -y otros intérpretes- interpusieron una demanda para que así no fuera.

Lo consiguieron en EE.UU. y Canadá, pero no en Europa, donde se pudo ver, y la conclusión es la misma: no es para tanto. Puede que a DiCaprio le moleste ahora verse en un rol tan atípicamente molesto, lleno de conversaciones sobre sexo y drogas -sin que haya mucho de ambas cosas en el film-. O puede que haya sido por la leyenda de que su personaje es bisexual, a pesar de que a este caracter lo encarna otro actor, o que aparecen desnudos. Pero nada más lejos de la realidad: tanto DiCaprio como Maguire se pasan 90 minutos sentados en un restaurante, hablando de sus cosas.

Entonces, ¿qué tiene Don’s Plum que hace que dos estrellas no quieran ver su nombre asociada a ella? Pues que es una película independiente, en blanco y negro y muy pretenciosa que, sencillamente, es mala. Y eso es algo con lo que DiCaprio no piensa vivir.

ROBIN WILLIAMS

3- ROBIN WILLIAMS – CAN I DO IT… ‘TILL I NEED GLASSES? (1997)
El debut de Robin Williams no fue nada fácil. Lo que se presuponía iba a ser una comedia familiar, acabo siendo la secuela de un clásico del sexploitation (If you don’t stop… you’ll go blind, 1975) y que basaba su humor bobalicón en una serie de sketches de alto contenido erótico.

En el lanzamiento de la cinta, el personaje de Wiliams, que apenas salía 2 minutos, fue cortado del montaje. Pero cuando este se hizo una gran estrella con papeles en la serie Mork & Mindy y en la cinta de Popeye, Can I do it… ’till I need glasses? fue reeditada para incluirle.

El intérprete demandó que no quería salir en una cinta donde El Llanero Solitario era mordido en el pene por una serpiente y su escudero Tonto se negaba a succionarle el veneno. Por aquel litigio ahora hay tres versiones de la película. Y ese es su mejor chiste.

THE ROLLING STONES

4- THE ROLLING STONES – COCKSUCKER BLUES (1972)
Cocksucker blues es, probablemente, el documental que todo melómano que se precie de serlo querría ver. Un tour de force por el backstage de los Rolling durante una de sus giras de los 70, cuando eran todo un referente de éxito, fama y exceso de rock`n`roll. Un detrás de las cámaras y de los telones.

El resultado incluía de todo: Mick Jagger consumiendo cocaína y andando a tientas, miembros del grupo teniendo sexo con las groupies mientras otros tocan instrumentos de percusión, Keith Richards tan colocado que no es capaz de tener en la mano su propia droga y hasta el primer encuentro de la banda con Truman Capote y Andy Warhol.

Pero a pesar de ser un documento digno de estudio, los Rolling Stones pensaron que era demasiado (incluso para ellos) y demandaron al director. Y ganaron. Hoy en día, Cocksucker Blues sólo puede ser legalmente proyectado una vez al año, y ha de estar su director, Robert Frank, presente en la sala.

MATTHEW McCONAUGHEY

5- MATTHEW McCONAUGHEY – LA MATANZA DE TEXAS: LA NUEVA GENERACIÓN (1994)
Aunque pueda parecer una broma de mal gusto, Matthew McConaughey y Renée Zellweger protagonizaron esta película sólo unos meses antes de convertirse en auténticas estrellas y si la cinta salía a la luz podía hundirles sus recién lanzadas trayectorias hollywoodienses.

Columbia, tras hablar con sus agentes, decidió meter en un cajón el film y que tuviera un estreno limitado en 1997 y luego directamente a vídeo, donde nadie la descubriera en mucho tiempo.

Si con la fama aún creciente tanto en McConaughey como en Zellweger les hubiesen visto en esta especie de secuela-parodia donde él interpretaba a un piscópata de pierna robótica y hermano de Leatherface y ella a la típica damisela en apuros que se pasa la película corriendo y gritando, otro gallo hubiera cantado. Y adiós Oscars.

THE BEATLES

6- THE BEATLES – LET IT BE: THE FILM (1970)
Es muy improbable que, mientras Paul McCartney y Ringo Starr sigan vivos, podamos ver la película sobre el disco Let It Be. En 2008 se intentó que se estrenara en el mercado doméstico, pero ambos, con un equipo de abogados detrás, bloquearon su salida.

Todo, claro, porque el documental grabó los momentos que desencadenaron la ruptura de la banda de Liverpool y, aunque la mayoría de tensiones y verdaderas peleas quedaron fuera del montaje, la incomodidad está patente en cada plano.

Lennon negándose a escuchar a los otros miembros de los Beatles, Harrison marchándose a mitad de cinta y sólo admitiendo volver cuando el resto acepta que Billy Preston -su gran amigo- fuera una suerte de ‘quinto’ beatle, McCartney intentando que todo fuera como antes y Yoko Ono rondando continuamente el estudio. Un vodevil que acabó con la disolución de una de las bandas más grandes de la Historia.

JERRY LEWIS

7- JERRY LEWIS – EL DÍA QUE EL PAYASO LLORÓ (1972)
En algún extraño momento de la vida, a Jerry Lewis se le ocurrió que sería una buena idea dirigir y protagonizar la historia de un payaso de circo que guía a los niños a las cámaras de gas durante el Holocausto cual flautista de Hamelín. Y, por supuesto, no lo era.

Aunque en realidad fueron una serie de problemas legales y financieros los que hicieron que la película no viera la luz, la opinión de Lewis sobre su obra fue cambiando con los años. Mientras que en 1985, en su autobiografía, aún creía que todo el mundo (jóvenes incluidos) deberían experimentar la historia, a día de hoy se les advierte a los periodistas no mentarle The Day the Clown Cried (su título original) ya que sólo guarda una copia en VHS en una caja fuerte y nadie debe verla.

Muy pocos han tenido el privilegio y quienes la recuerdan, como en 1979 Harry Shearer (actor de doblaje en Los Simpsons), dijeron: “No es divertida y no es buena, y sólo es alguien intentado fuertemente transmitir, pero en la dirección equivocada, un sentimiento que tiene arraigado”.

MAD MAGAZINE

8- MAD MAGAZINE – UP THE ACADEMY (1980)
Concebida como un intento de igualar el éxito de Desmadre a la americana, Warner produjo esta comedia asociándose con la famosa revista MAD. Pero esta unión sólo duró hasta el día del estreno.

Cuando los chicos de MAD Magazine vieron que la cinta era no sólo ofensiva sino estúpida, William Gaines, fundador y editor jefe, pagó a Warner para que eliminara cualquier referencia a la revista en el film, inlcuido el título original (Mad Magazine Presents Up the Academy).

Gaines también envió una carta manuscrita a todo aquel que les escribió quejándose, sobre todo porque su “humor” se basaba en que uno de los oficiales superiores de la academia se sentía atraído sexualmente por los niños pequeños. Demasiado loco para MAD.

KISS

9- KISS – KISS MEETS THE PHANTOM OF THE PARK (1978)
El grupo KISS odiaba tanto su propia película que eran capaces de despedir a cualquiera que se la mencionara en el bakstage de sus conciertos.

Y es que en los 70 eran tan populares que a algún mánager se le ocurrió ir “más allá de eso de la música” y acabaron haciendo esta película donde cada miembro tiene sus propios superpoderes y luchan contra malvados robots. Uno de los integrantes, Ace Frehley, fiel a su estilo, sólo se dirigía a los guionistas emitiendo una especie de graznido, por lo que apenas tiene diálogos y en algunas escenas es interpretado por otro actor, lo cual es muy evidente porque este nuevo intérprete es negro.

Tras su estreno fuera de EE.UU. la banda prometió no intentar actuar nunca más.

LIL WAYNE

10- LIL WAYNE – THE CARTER (2009)
Es difícil condenar a un documental por decir la verdad, pero es exactamente lo que hizo Lil Wayne y sus abogados con The Carter que, aparte de narrar su vida, fue producido con la total cooperación del rapero, para posteriormente a su aclamado estreno, demandar a los realizadores y al equipo.

La razón: el director Adam Bhala Lough se había detenido en el montaje en la adicción a la marihuana y al jarabe para la tos de las que el propio Wayne hace gala en algunas de sus canciones.

La demanda fue de 50 millones de dólares pero los cineastas contraatacaron argumentando que el cantante no les había proporcionado entrevistas prometidas, tomas de archivos pactadas y no les puso en contacto con compañías que debían entrar en el documental como MTV. Mientras esto sucedía, Wayne pasaba ocho meses en la cárcel por tenencia ilícita de armas.

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