Precisamente por mis hijos, me separo

¿Es una buena decisión seguir unido a alguien a quien ya no se ama por el supuesto bien de los hijos? Mi intención con este artículo no es favorecer la separación, pero es una realidad que convivir con tu pareja sin que exista el más mínimo interés puede llegar a convertirse en una tortura emocional

¿Es una buena decisión seguir unido a alguien a quien ya no se ama por el supuesto bien de los hijos? Mi intención con este artículo no es favorecer la separación, pero es una realidad que convivir con tu pareja sin que exista el más mínimo interés puede llegar a convertirse en una tortura emocional. Acepta que la mejor opción en estos casos, es sin duda tomar una decisión para mejorar la vida de cada uno de los miembros.

Seguramente todos conocemos alguna persona que no para de hacer el común comentario: “¡no me separo únicamente por mis hijos!” Personas que llevan años manteniendo una relación que les insatisface, siendo infelices y en muchos casos, llegando a sentir rechazo hacia sus parejas por el simple hecho de evitar crearles “supuestos” traumas o problemas psicológicos a sus hijos por la ausencia de la figura de uno de sus progenitores durante su crecimiento. Nos empeñamos que los niños más felices crecen con ambos padres en un mismo hogar y ¡Claro que es más saludable! pero siempre y cuando ambos sean felices con esa unión. Lo realmente importante para el buen desarrollo de los niños, es el ambiente o entorno donde conviven y se educan. Crecer en un ambiente de constante discusión, desplantes, sin complicidad, falta de comunicación, faltas de respeto, tensión, con ausencia de muestras de afecto entre sus padres y en muchos casos haciendo vida separadas bajo un mismo techo, si puede dar lugar a consecuencias negativas a largo plazo. Si un niño crece y aprende, a base de observación, que una relación saludable es este tipo de unión, en su etapa adulta seguramente actuará de la misma manera porque es lo que ha normalizado desde pequeño. ¿De qué sirve compartir tu vida con una persona cuando hay indiferencia o falta de amor? ¿Es ese el modelo de relación saludable que quieres darle a tus hijos?

Cuando una pareja decide separarse o tiene en mente la idea, es muy común que aparezca el sentimiento de culpabilidad por la creencia irracional de: “rompemos la familia”. La familia no se rompe, simplemente cambiarán las condiciones y los progenitores vivirán separados. El menor seguirá teniendo a su papá y a su mamá pero seguramente, respirando un ambiente de paz y sosiego. Por más pequeños que sean los niños, éstos son capaces de detectar cuando algo no funciona bien entre sus padres. Recuerda que a los niños pequeños le trasmiten más tus emociones, que tus palabras. Si estás en un lugar donde no quieres estar, sentirás incomodidad, malestar, ansiedad, te mostrarás irascible y todo eso lo trasmites. Es imposible poder disfrazarte de lo contrario a todas horas.

Separarte cuando el amor se acaba o cuando lo ves conveniente, no solo es apostar por el bienestar de los adultos que toman la decisión, sino también por los niños. Dejando atrás lo que te insatisface, mejorará tu estado de ánimo por lo tanto, disfrutarás en mayor medida de los más pequeños al no sentir la tensión, la ansiedad ni el malestar por encontrarte donde no querías estar.

Es muy importante que, aunque los hijos, desde que nacen, se convierten en nuestras prioridades, no debemos olvidar que todos merecemos ser felices, y que nuestros hijos no deben ser una excusa para condenarnos e hipotecarnos a una vida de tristeza y dolor. Los niños se adaptan mucho mejor que los adultos a los cambios si estos son llevados a cabo con amor, responsabilidad y naturalidad y justo en eso, es donde debemos esforzarnos. No critiques nunca al otro progenitor delante de tu hijo, ni permitas que otras personas lo hagan. Muestra siempre respeto por tu parte. No olvides que aunque ya no sea tu pareja, seguirá siendo el padre o madre de tu hijo toda la vida y debemos darle ejemplo de respeto incluso, fomentar al niño seguridad. Cada caso es un mundo pero, salvo casos extremos, aunque la relación no haya finalizado de la mejor de las maneras, tu hijo debe estar al margen de ello.

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