Pepe Luis… vivo en el olvido – Por Natalio Cruz Duque

Se olvidan de que el folclore palmero y el folclore de Tijarafe, en especial la Agrupación Folklórica Tagomate, le debe mucho a José Luis

Incluso sin haberlo conocido, todos los tijaraferos tenemos presente el recuerdo de José Luis Lorenzo Barreto – Pepe Luis para los allegados – aunque lamentablemente no pueda decirse lo mismo de su obra y legado, que 17 años después de su fallecimiento, continúa en el olvido.

¿Quién fue, qué hizo y por qué nombramos tanto a José Luis Lorenzo Barreto en Tijarafe? La respuesta podría atragantársele a más de uno. Esta vez no vale consultar Internet, no existen allí más que pequeñas «pistas» acerca de la identidad del hombre que hoy día da su nombre a la Casa de la Cultura de Tijarafe y a un Museo Etnográfico que – sin que cause agravio – deja bastante que desear, aunque tratándose de nuestro municipio, algo es algo.

En la página web del Ayuntamiento de Tijarafe parece no haber espacio para una breve biografía del Hijo Predilecto del municipio. Siendo así, no es de extrañar que tampoco tengan localizadas en el archivo las fotografías – que parecen haber desaparecido –, que el material que dejó para su conservación no esté actualmente catalogado y que, como era de esperar, tampoco exista ninguna publicación literaria – más allá del programa de fiestas – en la que se narre su trayectoria, ni parece haber interés en ello.

Se olvidan de que el folclore palmero y el folclore de Tijarafe, en especial la Agrupación Folklórica Tagomate, le debe mucho a José Luis, uno de sus fundadores. Entre otras cosas, la vestimenta típica a la que tanto entusiasmo y cariño le tenía. También se le debe a él gran parte de la Navidad tijarafera por el impulso entusiasta que le dio a esta celebración mientras se mantuvo activo, dicho sea de paso por las fechas que corren.

José Luis Lorenzo Barreto, como muy pocos otros, entendió que la cultura no es un juego ni un «hobby». En la cultura hay que trabajar, hay que amar lo que se hace, hay que tener unos mínimos intereses por lo que se mueve alrededor. Pero el poder vicia, y cualquiera no está capacitado para ocupar el lugar que ocupó José Luis como concejal y como tijarafero. Su importancia en indiscutible. De no haber hecho tanto y tan bien, no hubiera llegado hasta nosotros su legado, aunque algunos, queriendo o sin querer, traten de opacarlo con el triste olvido.

Es de lógica. ¿Cómo va el isleño a defender «lo suyo» si lo desconoce? Al final nadie es profeta en su tierra, o eso dicen, y las verdades duelen cuando se reconocen como tal. Ojalá estas palabras no duelan. No deberían.

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