Cuando Santa Cruz perdió el miedo al color

La intervención de Facundo Fierro y El Taller en los balcones fue la ventana por la que la capital recuperó el cromatismo perdido
Las casas de los balcones de Santa Cruz de La Palma. | D. S.

Hoy miramos con normalidad el cromatismo de las fachadas del casco histórico de Santa Cruz de La Palma. Pero hace no mucho tiempo, hasta la década de los noventa del siglo pasado, el dominio del blanco era casi absoluto. Responsable de esta metamorfosis fue el artista Facundo Fierro, que junto al colectivo El Taller, transformaron en 24 horas el blanco y verde del conjunto de las emblemáticas casas de los balcones en “una fugaz carta de colores tradicionales a tamaño natural”, como lo definió el propio creador, que “rompió barreras” y abrió así la puerta a la cultura del color.

El 6 de noviembre de 1993, cubrieron con una especie de telón las seis casas que conforman este conjunto arquitectónico de la capital palmera y un equipo de operarios de la constructora Miguel Hernández Ventura dieron el colorido original a estas fachadas. Esa noche, multitud de personas se dieron cita para presenciar el efímero resultado de la intervención y al caer el velo fue unánime el aplauso que recibió la intervención, sentenciando que lo que solo estaba previsto para un día (incluso llegaron a firmar un contrato con los propietarios para devolver el color blanco previo) quedara para siempre, con el despliegue de gamas de colores que hoy se puede contemplar en este rincón tan singular de la capital palmera.

Todavía recuerda emocionado Facundo Fierro aquel instante en que un mascarón retiró el telón y se iluminó la fachada de los balcones. “Yo lloré de la emoción, bueno lloramos todos los que habíamos estado en la organización” al alumbrarse aquella intervención artística que declararía el fin del dominio monocromático en la ciudad, cuestionando un prejuicio que resumió Sebastián Hernández Gutiérrez, profesor de historia del Arte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, en el catálogo de la exposición que siguió a esta intervención: “La creencia de que la arquitectura incolora es sinónimo de elegancia forma parte de los muchos errores históricos que han tomado cuerpo de solemnidad en la cultura occidental”.

Aquella fue una jornada festiva, en la que hubo música en la calle, un mercadillo de arte en el entorno de los balcones y danzaron los mascarones, además de un debate público y abierto sobre la idoneidad de esta iniciativa. Porque esta intervención generó también críticas, tal y como recoge la prensa de la época en artículos de opinión reclamando el blanco con el que el ingeniero Torriani describió la ciudad en el siglo XVI. Si bien, Facundo Fierro recuerda sobre todo la resistencia de la Administración de entonces, que miraba con recelo los colores.

El colectivo El Taller, en los noventa. | DA

El artista palmero, contrario a esta visión, que llegó a discutir con César Manrique, que marco para siempre la estética de Lanzarote con el blanco y verde de sus casas, está convencido del colorido original de la ciudad. “No había más que raspar las paredes para encontrar debajo del blanco la historia del color en las casas de Santa Cruz de La Palma”. De hecho esa fue la labor casi arqueológico que realizó junto con otros integrantes del colectivo El Taller, como Jorge Lozano, para alcanzar esta convicción. “El convencimiento que tengo es que esta ciudad fue blanca, como lo cuenta Torriani, pero solo ocasionalmente”, argumentó también en su momento.

De ahí creó una guía con la descripción de estos colores originales de la arquitectura de Santa Cruz de La Palma, que se publicó con motivo de la celebración del quinto centenario de la ciudad. A partir de entonces, la penetración del color fue cada vez más notable en la ciudad, pero Facundo Fierro lamenta que no se haya seguido las pautas de la paleta de colores que crearon en aquel momento.

“Lo que ha hecho la gente es pintar con colores sus casas” sin seguir las propuestas de la citada paleta. El artista recientemente le ha planteado al Ayuntamiento la posibilidad de recuperarla como una guía para la ciudad, así como lo que supuso aquella experiencia, que llegó incluso a cruzar el Atlántico.

El artista Facundo Fierro. | D. S.

Y es que Fierro asegura que la experiencia de los balcones, con la revolución que supuso para la ciudad, “significó muchísimo más fuera que en Santa Cruz de La Palma”. En este sentido asegura que “la experiencia del color en los balcones fue un hito muy importante, tema central de congresos internacionales y su imagen fue la más conocida en el mundo durante un año en materia de patrimonio”, con una exposición que viajó a la Península y América.

De hecho, tras la presentación de esta exposición en Argentina, Facundo Fierro fue nombrado comisario para la recuperación cromática de La Habana Vieja. En la capital cubana, el propio Fidel Castro inauguró la exposición que de los balcones en el Palacio de los Capitanes Generales. Recuerda que incluso, el comandante se retrató delante de una imagen de los balcones de Santa Cruz de La Palma. Lamentablemente esta fotografía se perdió y el proyecto tampoco se llegó a ejecutar.

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