Invasión de gallos y gallinas en La Verdellada

La presencia de casi medio millar de aves de corral en el barranco divide la opinión de los vecinos sobre si retirarlas o no
Hay vecinos de la zona que echan de comer a los animales, que se meten en gran número en la carretera y suelen provocar problemas en el tráfico de vehículos. / SERGIO MÉNDEZ

Casi medio millar de gallos y gallinas viven actualmente en el barranco de La Verdellada, según datos de la Asociación de Vecinos Los Verdeños. Este macrogallinero incontrolado ha logrado dividir a los residentes en la zona, entre quienes piden su retirada por motivos de seguridad y salubridad y quienes sostienen que no causan ningún problema.

Según explicó ayer la asociación, “la existencia de la colonia de estas aves inicialmente no genera mucha controversia entre los vecinos. El problema es que la ausencia de depredadores naturales, o un control adecuado a su reproducción, ha hecho que nuevamente, al igual que sucedió en 2010, la cifra de gallos y gallinas esté próxima al medio millar de ejemplares”.

“El problema radica -añadieron- en que dichas aves terminan cruzando la carretera, generando un riesgo en la seguridad vial, puesto que los coches que circulan por ella, para evitarlas, corren el riesgo de colisión con otros vehículos como ya ha sucedido en dos ocasiones. O las molestias que están provocando los gallos en las madrugadas, en las que con sus cantos no dejan dormir a muchos vecinos que trasladaron su malestar en el último consejo de zona de la urbanización”.

Sin embargo, desde la asociación vecinal reconocieron que “la situación es muy contradictoria, y se complica con algunos vecinos que llevan comida a las aves y la tiran en la orilla del barranco, lo que ha provocado que, además de las gallinas y los gallos, comiencen a proliferar de nuevo las ratas, que también atacan a los pollitos cuando no encuentran otra comida, provocando desbandadas hacia la carretera”.

La opinión vecinal está muy dividida respecto a este tema. Hay quienes sostienen que “llevan 20 años aquí, y a veces hay más y a veces menos, pero no lo veo un problema”, como comentó ayer un residente en la zona. “Siempre se han criado ahí, ahora parece  que todo molesta”, añadió otro. Una vecina apuntó que a ella no le molesta el ruido porque se crió en el campo pero que entiende que “se deben recoger porque esto es criminal, hay muchos y dan pena, están mal atendidos, no tienen ni agua ni comida y beben aguas fecales. Tienen que recogerlos y atenderlos bien”.

Alguna otra vecina reconoció, incluso, que  echa de comer  a los animales y que le encanta verlos ahí. De hecho, se han convertido en una atracción para hasta algún turista despistado que pasa por la zona.

Sin embargo, otros opinan que “habría que controlar” que la gente no les eche comida porque se ensucia el entorno, con restos de alimentos pudriéndose, lo que hace que  “vengan ratones”, aunque apuestan por mantener allí los gallos y gallinas, pero de una manera controlada.

Por el contrario, otros abogaron porque se recojan los animales y se trasladen a otro sitio. “Dos o tres se metieron en la urbanización y estuvieron varias noches cacareando y tuvo que venir la Policía Ecológica para recogerlos porque no se podía dormir -relató una vecina-. Además, es una zona de tránsito y los coches los atropellan y cerca hay un colegio. Este no es sitio para tener estos animales, esto no es un monte, y el que los quiera que se los lleve a su casa”.

Según explicaron desde la asociación de vecinos, hace unos tres años algunos jóvenes del barrio, que estaban en situación  de desempleo, “solían bajar al barranco, controlar los nidos de las gallinas, y, de manera ordenada, retirar los huevos frescos que posteriormente vendían, incluidas algunas gallinas y gallos para caldo”. “Esta actividad no reglada estaba mayoritariamente respaldada por los demás vecinos porque tenían la colonia bastante controlada y equilibrada. Pero no siempre llueve al gusto de todos, y la denuncia de una vecina ante la Policía ahuyentó a los jóvenes de la citada actividad”, añadieron. Esto ha provocado que la situación actual sea que la colonia de gallinas y gallos esté “clara y nuevamente descontrolada” .


PETICIÓN AL CONSISTORIO

“No hay más que acercarse al barranco en cualquier momento del día y cruzarse con decenas de gallinas y gallos sin ningún control, incluidos gallos bastante agresivos que están continuamente peleándose. Gallos, además, muy cantarines de madrugada que sirven de despertador natural al vecindario, aunque no en la hora más prudente, lo que provoca un malestar generalizado entre los que viven más cerca del barranco.

Ante esta situación, la asociación ha solicitado al Ayuntamiento de La Laguna, tras acuerdo del consejo de zona, que organice una nueva campaña de control de la colonia, “que ya roza el nivel de plaga, para que esta se mantenga en un número racional de ejemplares que no suponga ni un riesgo para la seguridad vial de las carreteras cercanas ni una molestia para los vecinos en horario nocturno”.

En este sentido, el vicepresidente de la Asociación de Vecinos Los Verdeños, Luis Miguel Javier, consideró que la colonia de gallinas “no es perjudicial, tanto en cuanto se ven menos insectos o pequeños ratones en el barranco, ya que las gallinas acaban con ellos. Pero todo debe tener un límite y, en este sentido, abogan porque haya un control adecuado y proporcional “para una convivencia pacífica entre animales y vecinos”.

 

El Ayuntamiento trabaja para darle una solución al problema
El concejal de Sanidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de La Laguna, Zebenzuí González, respondió ayer que “somos conscientes del problema y estamos trabajando para darle la debida solución”. En este sentido, explicó que la primera medida es  precisar de qué Administración es competencia el asunto y, en caso de que fuera del Consistorio, “y no estuviera en suelo privado ni tuvieran ningún dueño, se procedería entonces a la captura de las mismas y se llevarían a Valle Colino o a alguna graja colaboradora”, apuntó.

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