La cámara, el arma y escudo de Carlos Saura

El reconocido director y fotógrafo inauguró ayer su exposición ‘España, años 50’ en el Espacio Cultural CajaCanarias de La Laguna
La muestra que se expone en la sala lagunera se mantendrá hasta el 24 de junio. / Sergio Méndez

Carlos Saura llegó ayer al Espacio Cultural CajaCanarias de La Laguna armado. Caminaba silencioso, apuntaba a su víctima y disparaba. Sin mediar palabra, sin avisar. Solo el clic de la cámara advertía del suceso. Los que estábamos delante del paredón, al otro lado del atril, quedábamos retratados en su fotografía. El reconocido cineasta español lleva años sin separarse de su arma y escudo: la cámara, cualquiera de las 700 máquinas que guarda en su colección. Con ellas, es capaz de detener el tiempo, siempre con el objetivo de trazar el perfil de la sociedad, el paisaje y el acontecer que se le presenta delante del objetivo. En su caso, primero fue la fotografía y luego, el cine.

Por esa afición suya de ir armado a todas partes desde hace décadas, se ha dado forma a la exposición Carlos Saura fotógrafo. España, años 50, que se inauguró ayer en la Ciudad de los Adelantados y que se mantendrá hasta el 24 de junio, con entrada gratuita, en el Espacio Cultural lagunero, abierto de lunes a viernes, de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, y los sábados, de 10.00 a 14.00 horas.

En el acto de inauguración le acompañaron Alberto Delgado, presidente de la Fundación CajaCanarias, y Hans Meinke, cómplice, amigo y director del Círculo de Arte, que produce la exposición. La muestra reúne más de 90 imágenes que datan de la década de los 50 y que muestran la cara de un país “atravesado por la postguerra”, señaló en su intervención Alberto Delgado. “El que presentamos hoy es un valioso trabajo documental, un testimonio fotográfico sobre lo que éramos. A partir de los viajes que el cineasta realizó, cuando apenas contaba con 20 años. Descubriéndonos hoy esa España descarnada, pobre”, continuó.

Carlos Saura, Hans Meinke y Alberto Delgado. / Foto: Sergio Méndez

En seguida llegó el turno del director de Círculo del Arte, Hans Meinke, que recordó en su intervención, el grato recuerdo de su primera colaboración con CajaCanarias, en 2008, con motivo de la muestra Goya, esplendor del grabado. “Hoy regresamos de la mano de otro aragonés universal y con el mismo esplendor, en este caso, a través del arte de la fotografía”, declaró a los allí reunidos. A su amigo y casi hermano, Carlos Saura, lo define como un artista pluridimensional, “si bien su faceta de cineasta ha desplazado la profunda creatividad que despliega en otros campos. No obstante -añadió-, nunca ha abandonado su fidelidad a la fotografía”. Saura es, para Meinke, un retratista silencioso, y la cámara “un órgano más de su cuerpo, del que conoce todos sus mecanismos y cómo utilizarlos”. Gracias a la hermandad que surgió entre ellos, el director del Círculo de Arte descubrió el fondo fotográfico del cineasta, “prácticamente desconocido para el público, y que desde hace años se puede disfrutar a través de muestras como la presente”, finalizó.

“Estas fotos se tomaron en el momento en que pretendí ser profesional”, relató el propio Carlos Saura. “Ahora soy solo un aficionado, y eso me gusta, porque me da libertad para realizar las capturas. Nunca me he preocupado de ser un gran fotógrafo”, subrayó. El suyo ha sido siempre un trabajo documentalista. “Esta exposición muestra la cara de una España reprimida, pobre, un país muy diferente al que hoy conocemos”.

En su juventud sintió la necesidad de retratar la realidad del país en la foto, luego lo hizo con el documental y, finalmente, se sumergió en la ficción del cine, donde resaltan grandes obras como La caza (1965), Elisa, vida mía (1976) o Los golfos (1959). También ha escrito novelas como ¡Esa luz! (1998) y guiones como el de Buñuel y la mesa del rey Salomón.

Foto: Sergio Méndez

El artista asegura que no intenta hacer política de su arte. “Sin embargo, siempre hay una intención. En la época de las fotos que hoy se cuelgan de estas paredes intentábamos retratar la otra realidad, la de la España profunda, la de las consecuencias de la Guerra Civil. Éramos antifranquistas y el arte era nuestro única arma”, finalizó Saura.

Unas horas más tarde, en el Espacio Cultural capitalino, protagonizó un diálogo junto a Álvaro Marcos Arvelo, director de Acción Cultural de la Fundación CajaCanarias, y Hans Meinke.

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