La entrega de los Premios Emprendedores de la Fundación Fyde CajaCanarias ofreció a David Meca una nueva oportunidad de volver Tenerife para ofrecer una conferencia, en la que el triple campeón del Mundo de natación de larga distancia trasladó sus vivencias y un mensaje motivador a los asistentes. No oculta su cariño por esta Isla, en la que llegó a estar empadronado durante muchos años.
“Realmente es un placer estar otra vez en Tenerife. Siempre tengo planes de volver a la Isla -detalla-, pero soy un culo inquieto y estoy constantemente viajando y haciendo cosas. Ahora mismo estoy en Madrid por la facilidad de conexiones, pero estoy convencido de que quiero vivir en Tenerife; me enamoré de una casita en Arico, aunque no sé si todavía estará en venta”.
En dos semanas se cumplirá el 15º aniversario de la gesta de unir a nado Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. “Lo recuerdo con cariño y lo tengo todavía muy fresco. Este fue el primero de los retos duros que hice. La travesía Gomera-Tenerife (un año antes) fue dura, pero lógicamente pasar de 45 a 110 km y 23 horas nadando fue una barbaridad, una locura que nació en una cena con los amigos de la Fundación Mundo del Silencio, algo que no teníamos estudiado, ni sabíamos cómo iba a ser. Decidimos una fecha y ya no podíamos echarnos atrás”.
Durante este reto fueron muchos los momentos complicados en los que su cuerpo le decía basta. “Lo más fácil hubiera sido abandonar, pero seguí adelante, pues no podía defraudar a mi equipo ni a la gente que me esperaba. Tenía que llegar costara lo que costara, aunque fuera arrastrándome. Desde la lancha de apoyo me decían: “Ya has cumplido, vamos a la costa, dejalo en Agaete”, pero quería seguir hasta Las Canteras, pues sabía que la gente me estaba esperando allí. Si me hubiera retirado, ahora me dolerían menos los hombros, pero no mi orgullo. Cuando logras una cosa, por muy duro que haya sido, te olvidas de todo lo malo”, asevera.
A sus 43 años, David Meca se dedica actualmente a impartir conferencias por todo el mundo. “Me retiré de la alta competición tras lograr mi último campeonato del Mundo de larga distancia, aunque sigo nadando todos los días. Ahora intento disfrutar de la vida, porque tuve que trabajar muchísimo desde niño. Ya a los 8 años me levantaba a las 5.00 de la mañana para ir a entrenar, por lo que fuí un chaval muy precoz en el esfuerzo y en el trabajo. Me fue bien en el deporte y tuve la suerte de poder invertir en el ladrillo cuando estaba barato. Hoy puedo disfrutar de la vida, doy charlas de motivación y disfruto haciéndolo, pues comparto mis vivencias y llevo mis medallas de campeón y pongo vídeos de las travesías”, indica, mientras señala que la próxima charla será en Polonia.
Tras hacer un balance de su vida, David Meca asegura: “Soy feliz con lo que he hecho y conseguido. Tampoco siento que haya malgastado mi infancia y mi juventud. Por supuesto que ha sido muy sacrificado, pero al final me ha ido bien y he tenido mucha suerte, más de la que jamás imaginé. Si he llegado a ser campeón del Mundo no ha sido porque sea un portento físico, pues de pequeño los médicos me obligaron a nadar -ya que tenía pies planos, las rodillas torcidas y desviada la columna-, y para ganar a mis rivales he tenido que sacrificarme, entrenar más que ellos, sacar mi fuerza interior, con dedicación, ilusión y pasión”.
Sin duda, el oro siempre sabrá mejor que una plata o un bronce: “Subir al podio en un campeonato de Europa o del Mundo es el sueño de cualquier deportista, y si tienes la suerte de ganar, es una sensación preciosa. Cuando gané el último título en Montreal me hice un tatuaje para no olvidar nunca lo que había conseguido y el sacrificio que significó”.
Esto dio pie a recordar su vida espartana en Estados Unidos. “Estaba absolutamente obsesionado por la natación. En esos 10 años no tuve televisión en mi apartamento, no porque no pudiera permitírmela, sino porque suponía una distracción y a las 4.40 horas me levantaba para ir a entrenar. Tampoco tenía coche, porque si no me iba los fines de semana con mis amigos a Las Vegas o Tijuana. Al final no sé si fue favorable para mi futuro deportivo, porque también hay que saber disfrutar la vida. En esa época creo que me pasé, pero tenía una oportunidad inmejorable, ya que gracias a la beca pude pagarme mis estudios. Quería ser el mejor y no sabía si me quedaría como campeón de España, de Europa o del Mundo. Fue la apuesta que hice durante ese período de mi vida”.
“Lo importante es vivir y hacer lo que uno quiera con pasión”
En la charla No temo a los tiburones. El coraje de emprender, David Meca defiende que “los tiburones más peligrosos están en nuestra mente, no en el agua. Lo más importante es vivir y hacer lo que uno quiera con pasión todos los días”. Para el catalán, “una persona de éxito no nace, se hace”, antes de reafirmar que “hay que tirarse al agua sin tener miedo al fracaso. Los temores se superan con la motivación de hacer cosas nuevas; relanzar tu empresa, tu vida, innovar, emprender y marcarse retos”.
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