Jorge Blass: “La magia debe ser reflejo de la situación política y social de cada generación”

La magia es un idioma universal para Jorge Blass, uno de los magos más reputados del panorama nacional

La magia es un idioma universal para Jorge Blass, uno de los magos más reputados del panorama nacional. El que guarda una Varita Mágica de Oro de Montecarlo-el Oscar para los magos- presentará en el Auditorio de Tenerife Adán Martín, entre el 13 y el 14 de este mes, el espectáculo Palabra de Mago, con más de 800 kilos de material escénico desplazados para crear el escenario. Plataformas, mesas de magia, cajas de madera, telones, proyectores, ordenadores, estructuras, bases, telas, jaulas, chisteras, máquinas de humo, material de vestuario y un sinfín de útiles mágicos formarán parte del show, que ha sido alabado por la crítica.

-¿Se puede creer en la palabra de un mago?
“Sí. Los magos somos muy honestos, porque siempre avisamos que vamos a jugar o a engañar al espectador. Al público le encanta dejarse llevar por la magia porque saben que es un engaño artístico, no es como en la política o en la publicidad, que no tienen un fin positivo. Nosotros buscamos ilusionar al espectador, como una película, como un buen libro”.

-En el espectáculo que dará en Tenerife realizará el truco que vendió a David Copperfield. ¿Cómo funciona el mercado de la compra y venta de trucos de magia?
“En la magia, como en la música, hay intérpretes y compositores o inventores de juegos. A veces, los intérpretes también podemos inventar nuestros trucos. A mí, por ejemplo, se me ocurrió un juego que ha tenido bastante éxito y que ha llamado la atención de Copperfield. Él me preguntó si podía cederle los derechos para hacer el truco en Estados Unidos y llegamos a un acuerdo. Ahora solo él y yo podemos hacer este juego. Hay quien vende los trucos de forma masiva, a todos los magos del mundo, y luego otros que lo hacemos de forma exclusiva”.

-¿Hay espacio para la improvisación en un espectáculo de magia?
“Mucho espacio. Yo diría que es la parte más importante porque, aunque hay un guion y una manera de proceder, siempre es importante aprovechar lo que sucede durante el show para hacerlos únicos. Nunca sabes lo que va a pasar”.

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-¿El sacrificio es la clave del éxito para un mago?
“Ahora el sacrificio radica en la dedicación, pero no siempre fue así. En la película El truco final se muestra un caso muy extremo, por ejemplo. Como en esa película se dio el caso de dos gemelos, uno se escondía y ni su familia le conocía; o un mago de China que caminó raro toda su vida para hacer de forma única un truco en la piscina. En esa época la magia tenía mucho drama. Este es un arte vocacional al que debes dedicar tu vida para que salgan cosas interesantes”.

-Houdini, Copperfield, Tamariz, ¿qué debe tener un mago para trascender?
“Sobre todo, innovación. Y precisamente, ellos tres lo han conseguido. Hacer algo nuevo en la magia y abrir caminos distintos, eso es lo que marca la diferencia. Para trascender tienes que trabajar duro con el objetivo de que el arte evolucione. Un buen mago nunca se conforma con lo que otros han hecho antes”.

-Deja aparcado el conejo y la chistera para tomar el móvil y el iPad. ¿Así comienza su aportación a este arte?
“Esa es mi forma de innovar. Realmente, la magia ha evolucionado mucho y puede hacerlo más. A mí no me gusta conformarme con lo clásico. Me gusta sorprender al espectador, que vea algo que no ha visto antes”.

-¿Qué significado tiene para usted la palabra Abracadabra?
“Es el nombre de una fundación maravillosa. Llevamos 11 años haciendo magia en un proyecto que empezó con cuatro magos en Madrid y ahora somos más de 80 profesionales de toda España que hacemos espectáculos de forma altruista en hospitales y centros de mayores”.

-¿Qué opina del nuevo programa que prepara Televisión Española, una especie de MasterChef para la magia?
“Debo confesar que me encanta y espero que tenga un gran éxito. Esto ayuda a popularizar este tipo de arte. Lo peor que puede pasar es que se haga mala magia. No hay nada que perder”.

-Si MasterChef ha motivado a los espectadores a ponerse detrás de los fogones. ¿Ese programa puede motivar a los españoles a ponerse detrás de la varita?
“Ojalá, porque esto es arte del bueno. Ojalá la gente se interese por esta forma de entretenimiento”.

Jorge Blass. DA
Jorge Blass. DA

-Ha hecho programas de televisión sobre magia en Estados Unidos, Inglaterra, España… ¿Es un lenguaje universal?
“Desde luego, la magia es un lenguaje universal. Te das cuenta cuando vas a alguna parte del mundo, en la que no se habla el mismo idioma, pero te entienden. En África actué para una tribu masái, en La India, en Asia, te das cuenta que con esto te puedes comunicar y hacer amigos en todas partes”.

-¿Cómo reaccionan los masái a los trucos?
“A ellos les encantó la propuesta, pero les dio miedo, porque pensaban que era brujería”.

-¿Cómo se lleva con los que siempre le preguntan por el truco?
“Es casi un instinto natural preguntar el cómo, pero, al final, la mayoría se deja llevar. Un gesto de inteligencia por parte del espectador es, precisamente, el hecho de no preguntarse nada y disfrutar del espectáculo. Hay gente que sufre mucho. Y no hay que agobiarse, palabra de mago”.

-Usted ha usado las redes sociales para hacer sus juegos…
“Cuando empecé a mezclar la magia con las redes sociales, nadie más lo hacía. Hay que echar la vista atrás y darse cuenta de que el mago siempre se ha fijado en los intereses de su público. La chistera era el sombrero de moda en aquella época, en la que, además, la gente pasaba mucha hambre. Entonces el mago sacó el conejo de la chistera. Hizo aparecer comida por arte de magia. Era la magia del deseo. Ahora nuestros deseos han cambiado, y las redes han marcado un antes y un después. Yo solo tiré del hilo: hice una teletransportación, en la que el espectador elige a alguien de su Facebook y esa persona aparece en el escenario. La magia debe ser siempre reflejo del contexto político y social de un lugar”.

-¿A España le hace falta un poco más de magia?
“Desde luego, sobre todo en el ámbito político. Ellos tendrían que trabajar más, porque se les está viendo el truco”.

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