
La Palma ganará un espacio para el arte con la transformación de una antiguo empaquetado de plátanos de San Andrés y Sauces en un museo de arte, gracias a la iniciativa de sus propietarios. Nuevo Espacio Palmero Charco Azul (Nepca) es como ha bautizado su creador, el artista barcelonés Alfredo Palmero, a este recinto que dedicará a exponer su colección de pintura Imagina guanches y que inaugurará el próximo 7 de julio.
Su creador es Palmero de apellido y de raíces, que se hunden secularmente en el árbol genealógico de su rama materna. El museo juega por tanto en su denominación con el apellido del artista, Palmero, como con su localización.
Pese a nacer en Barcelona, su familia ha mantenido una relación estrecha con la isla de La Palma, en la que conservan plantaciones de plátanos. El antiguo almacén Cejas, que está justo encima del Charco Azul y que quedó en desuso desde hace años es de su propiedad. Después de un tiempo pensando qué hacer con estas instalaciones industriales, decidieron aventurarse en esta metamorfosis radical, haciendo de este inmueble, dedicado al almacenamiento de fruta, una gran sala de arte.
“Este espacio lo hemos arreglado con nuestro esfuerzo privado. No hay ni un solo céntimo de alguna Administración pública. Es un trabajo que realizamos por amor al arte”, comenta el artista, quien añade que la colección que contendrá el Nepca no está tampoco orientada a la venta de los cuadros que la componen.
En la colección reivindica sus raíces canarias y pone su pincel al servicio de la recreación artísticas de personalidades, mitos y leyendas del pasado aborigen de las Islas. “Me propuse pintar los guanches desde un punto de vista artístico”, sentencia Palmero, dejando claro que en sus cuadros no busca hacer un trabajo pegado a la historia, sino una interpretación libre. “Lo que a mí me importa es que quien vaya al espacio y vea la colección, disfrute del hecho artístico y que salga removido por dentro sobre lo que significaba toda la cultura aborigen”. “Que la gente salga de ahí con la curiosidad de indagar sobre el pasado de las Islas”, añade.
De hecho, el título de la colección, Imagina guanche, pone sobre la pista de que se trata una interpretación artística de esta cultura aborigen. En total son 31 cuadros, aunque no descarta ampliarla. Son cuadros de grandes dimensiones, casi de tamaño humano, donde se representa en la mayoría de ellos a personajes que la historia ha conservado del pasado aborigen de Canarias. Se trata de representaciones de sus cabezas. “La idea es que cuando entras, estarás rodeado por todos ellos, que te estarán mirando”, comenta. Por ello, “está pensada como una obra de conjunto”.

Nombres como Tanausú, Acerina, Bencomo, son algunos de estas personalidades que componen este inmenso álbum de la prehistoria canaria. “Eran personajes hermosos tanto física como espiritualmente, porque era una cultura que odiaba la tortura o el sufrimiento, poco habitual en la época, donde no se contemplaba hacer daño por hacerlo. Gente pacifica y que también luchó por su libertad”. Unos valores que han conmovido al artista.
Existen dos museos de la saga de artistas de la familia Palmero en la Península, uno en Barcelona y otro en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), en la casa natal de su abuelo, Maestro Palmero. Pero Nepca será el primero dedicado en exclusividad a su obra, ya que en los otros dos conviven la obra de tres generaciones de artistas de esta familia.
Alfredo Palmero se educó en la pintura de la mano de su abuelo, de quien bebió un estilo clásico, academicista, para ir con el paso del tiempo adoptando formas más contemporáneas, en cuya confluencia ha encontrado su seña de identidad artística. Barcelona, Madrid, Bilbao, Valencia, Bruselas, Londres, Lisboa, Montecarlo, California, Nuevo México, Panamá, Hong Kong, Kuwait y Qatar han sido los lugares donde ha expuesto Palmero.