Durante las últimas semanas se han sucedido cierres de playas de la costa de Tenerife por la contaminación de sus aguas, al igual que se desaconsejó el baño ante la presencia de algas entre Güímar y Granadilla de Abona. Dos fenómenos independientes, pero que se han acumulado en el tiempo, generando una preocupación entre la opinión pública sobre el estado de las costas insulares.
Colectivos ecologistas como ATAN o Greenpeace, vinculan la aparición de esta contaminación en las playas fundamentalmente al deficiente sistema de depuración de las aguas residuales que existe en las Islas. También lo relacionan con la aparición de algas, donde “las aguas fecales actúan como un nutriente extra”, tal y como señaló la responsable nacional de Greenpeace para temas marinos, Pilar Marcos.
La presencia de la bacteria E.Coli en las playas, que puede provocar diarreas hemorrágicas y que se detectó a mediados de junio en las aguas de El Médano, provocando su cierre temporal hasta que los niveles se estabilizaron, está vinculado, a juicio de la portavoz de esta ONG, “con el desarrollo urbanístico desaforado, que no solo hace daño al paisaje, sino que también provoca otros impactos directos e indirectos en otras cuestiones, como la calidad del agua”. El mes anterior también hubo que cerrar Las Teresitas y Güímar al baño por la presencia de una bacteria.
Sostiene que muchas de las depuradoras municipales están proyectadas teniendo en cuenta solo el censo de la población residente, pero no el volumen de visitantes, especialmente en las localidades turísticas, lo que provoca que no den abasto para la depuración de las aguas residuales y se saturen “al calor de la burbuja inmobiliaria”. A ello, suma el hecho de que muchos emisarios no se encuentran ni a la distancia de la costa ni a la profundidad oportuna. La presencia de la bacteria E. Coli, según Pilar Marcos, “es un problema bastante grave no solo en Canarias, sino en todo el país”.
Un análisis con el que coincide el portavoz de ATAN, Eustaquio Villalba, que recuerda que esta organización ecologista viene denunciando desde hace tiempo esta situación en las aguas de la Isla. Una bacteria como el E.Coli, que tiene origen en el intestino humano, vincula estos hechos con la gestión de las aguas fecales. “Sin embargo, las autoridades insulares y el Gobierno han preferido invertir en otras cosas y no en las redes de saneamiento, y la consecuencia es la situación que estamos viviendo. Si no incidimos sobre el origen del problema, es una acontecimiento que se irá repitiendo”, recalca Villalba.
El portavoz de ATAN recuerda que la Unión Europea exige que las aguas residuales tengan un tratamiento antes de verterlas al mar. “Aquí, durante muchos años, se ha invertido dinero en depuradoras sin tener redes de alcantarillado. En otros casos, no tienen capacidad para depurar el agua y se vierte el exceso. Y luego está la situación de los emisarios submarinos. Muchos de ellos están rotos”.
Eustaquio Villalba destaca que esta situación es negativa para el sector turístico, como el caso de la Playa de Las Américas, donde señala que “se han localizado, según datos oficiales, contaminación por vertidos de aguas que no están bien depuradas”. Pero más allá del impacto que podría tener para la economía, en un sector de tanta trascendencia para el Archipiélago, destaca que se trata de una cuestión de salud pública. “El estado de las costas de Canarias es muy deficiente por los vertidos que se hacen al mar y su masificación”, sentenció.
Además está la incidencia del cambio climático, que está afectando a los ecosistemas marinos canarios. “En tierra hay muchos ejemplos de especies que se han introducido y que ahora son una plaga, como el rabo de gato, y puede ocurrir en el mar”, concluye.
CAMBIO CLIMÁTICO
El Catedrádito de Biología Marina de la Universidad de La Laguna, Alberto Brito, señala que la aparición de bacterias como el E.Coli en las playas no es nuevo, aunque si se detectan ahora con más frecuencia es porque “hoy en día se hacen más análisis que nunca en la costa”, como exigencia para obtener las banderas de calidad en las principales zonas de baño.
En el caso de la presencia reciente de masas de algas cercanas a la costa del sur de Tenerife, Alberto Brito no se atrevió a hacer una valoración al desconocer la naturaleza concreta de este caso, aunque estima que pueden tratarse de cianobacterias filamentosas, que producen toxinas que pueden afectar a la piel del ser humano. Lo que sí parece claro para el científico es que la aparición de estas algas están relacionadas con el cambio climático.
El informe titulado Cambio climático en el medio marino español, realizado por Diego K. Kersting en 2016 para el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, pone de manifiesto que “la temperatura del agua en la capa más superficial, hasta los 600 metros, ha aumentado en las Islas Canarias a un ritmo de 0,25 °C por década en el periodo que va de 1982 a 2013”, basándose en estudios hechos por científicos en las Islas. Además recoge el hecho de que existe “un claro aumento en el número de días con temperaturas extremas en el agua superficial, que han pasado de menos de 5 a 19 días década entre 1982 y 2012”.
Otro de los efectos que está teniendo el cambio climático sobre las costas canarias es el aumento del nivel del mar. “La estación de Tenerife muestra una tasa de aumento del nivel del mar de unos 2 milímetros al año entre 1927 y 2012”, mientras que “otras estaciones en Canarias, que cuentan con series históricas de nivel del mar desde la década de 1940, muestran tendencias menores, por debajo de 1 milímetro al año”.
BIODIVERSIDAD
En lo que se refiere a la distribución de especies, lo peces son uno de los grupos que presentan cambios más marcados en relación con la modificación de las condiciones ambientales. Citando un trabajo del biólogo Fernando Brito, detalla que “el 80% de los avistamientos de nuevas especies de peces litorales en las islas Canarias entre 1991 y 2005 corresponden a especies de afinidad tropical”.
Mientras que algunas de estas especies tropicales tienen una presencia esporádica en las aguas canarias, otras disponen de poblaciones estables. Uno de estos casos es el pez conocido como gallo aplomado, que “constituye en la actualidad un importante recurso pesquero en las islas occidentales y es depredador del erizo Diadema africanum, cuyas poblaciones constituyen en la actualidad una verdadera plaga, señala el informe citando a Brito.
El estudio recoge que “muchas especies nativas de peces de afinidad tropical han experimentado un crecimiento poblacional bajo las nuevas circunstancias climáticas, como la vieja, la calufa, el gallo azul o el pejetrompeta. Otras, como el peto, que empezaron su expansión en las islas más cálidas, han ampliado su distribución hacia las orientales, más frías, coincidiendo con el calentamiento”.
Mientras que especies de origen templado, como el Carajillo real, la Corvina negra y el Romero capitán, han experimentado un retroceso, especialmente en las islas occidentales, quizá atribuible a la sobrepesca.