economía

Canarias, territorio ‘free’

Los turistas cuando viajan a cualquier país de la UE pagan por la entrada en museos, tasas turísticas, peajes o parques nacionales; en España, la mayoría de estos servicios son gratis
El cobro de algunas tasas por el acceso a parques Nacionales, museos, así como por la estancia en hoteles, se reutiliza en Europa para la mejora de los servicios que se ofrecen al turista. DA

Dicen que cuanto más se viaja más se aprende, y es cierto. Cuando uno sale de las fronteras de Canarias, y de España, se da cuenta de que, efectivamente, como en nuestro país no se vive en ningún sitio. En pocos lugares de Europa se disfruta de un país por tan poco dinero. Y pongo un ejemplo, cuando un turista llega a nuestras Islas no solo tiene a su disposición hoteles de cuatro y cinco estrellas a precio de ganga, sino que puede acceder a parques nacionales, museos y playas por cero euros. Esto no ocurre en países de nuestro entorno, como Portugal o Italia. En el primero, por ejemplo, todas las autopistas son de peaje y la tasa turística por hospedarse en Lisboa asciende a un euros por día y persona. Circular y aparcar por las principales ciudades turísticas del país luso es casi imposible, puesto que hasta aparcar en la calle cuesta dinero.

España es uno de los países turísticos por excelencia de la Unión Europea. Según los últimos datos del INE, el pasado mes de julio se convirtió en el mes con más turistas de la historia de nuestro país, con 10,5 millones de extranjeros. Hasta julio, España recibió casi 46,9 millones de turistas internacionales, una buena parte de ellos, hasta 8 millones, vinieron a Canarias. De hecho, el Archipiélago fue, el año pasado, la región de la Unión Europea que más turistas comunitarios recibió.

Con estos datos en la mano y siendo conscientes de que más del 30% del PIB de nuestra Comunidad Autónoma se basa en la industria turística ¿por qué no explotarlo como hacen nuestros vecinos europeos? Cuando salimos fuera de España, a los españoles, no nos preocupa pagar por entrar en un Parque Nacional o por la estancia en un hotel, e incluso por los peajes en las autopistas. Sin embargo, en Canarias aún se debate sobre la viabilidad de cobrar 1 euro de tasa turística, o se pone el grito el cielo por cobrar el acceso al Parque Nacional del Teide o a la Catedral de La Laguna.

La mayor parte de los museos en Europa son de pago. A excepción del museo Británico, que es gratuito, la entrada a los dos museos más visitados del mundo, con más de 6 millones de visitas anuales: el Louvre, en París, y el Metropolitan (MET) en Nueva York, cuestan 20 euros y 25 dólares, respectivamente. Por entrar en cualquier Catedral se cobra una cantidad mínima por una visita guiada para conocer la historia del patrimonio cultural. Por ejemplo, en la Basílica de San Pedro, uno de los edificios religiosos más importantes del mundo, entrar es gratis, pero la visita guiada o la subida a la cúpula oscila entre los 6 y los 8 euros. Cuando el Obispado de la Diócesis Nivariense decidió cobrar cinco euros por la visita guiada a la Catedral de La Laguna a los no residentes, saltaron las alarmas.

Lo mismo ocurre con el acceso a los Parques Nacionales. Canarias cuenta con cuatro: el Parque Nacional del Teide en Tenerife; La Caladera de Taburiente, en La Palma; el Parque Garajonay, en La Gomera: y el de Timanfaya, en Lanzarote. En ninguno de ellos, salvo en el de Timanfaya donde no puedes aparcar y la visita guiada se cobra, el acceso es gratuito. Es más, en alguna ocasión se ha iniciado el debate sobre la posibilidad de cobrar una pequeña tasa por aparcar en el Parque Nacional del Teide, pero al final siempre se ha desechado esta opción, seguramente porque no hay institución pública que tenga la osadía política de imponerla.

Pero lo que funciona en estos casos son los números. Supongamos que de los 700.000 turistas que vinieron a Tenerife el mes de julio de este año, 650.000 fueron al Teide. Si a todos se les hubiera cobrado 1 euro por entrar al Teide, se habría recaudado 650.000 euros, en solo un mes, para el mantenimiento del Parque.
En cuanto a la tasa turística, en España solo se aplica este impuesto en dos comunidades autónomas: Cataluña e Islas Baleares, que lo quitó y ahora ha vuelto a introducirlo. Canarias nunca se ha puesto de acuerdo para implantar la tasa turística. El argumento es que el Archipiélago no puede convertirse en un “destino antipático” y corre el riesgo de perder turistas, sin embargo, los canarios no dejamos de viajar a Roma, Florencia o Amsterdam, a pesar de pagar este impuesto.

Por ejemplo, según un estudio del buscador de viajes KayaK, los españoles que decidan visitar Bruselas deben prepararse para desembolsar entre 42 euros, 56 ó 70 euros en tasas turísticas por una estancia de 7 noches en un hotel de 3, 4 ó 5 estrellas respectivamente. Disfrutar de los maravillosos monumentos italianos en ciudades como Roma, Florencia o Venecia conlleva también una tasa turística que varía en función de la categoría del hotel. Por ejemplo, 7 noches en un hotel en la capital conlleva un impuesto máximo de hasta 49 euros. Una estancia de las mismas características en Florencia , Venecia y Milán puede costar a los viajeros hasta 35 euros de más. El impuesto se aplica solo los 10 primeros días, excepto en Venecia, donde se aplica solo 5 días y a viajeros mayores de 10 años. Otras capitales europeas como Ámsterdam , Berlín y Viena calculan el impuesto basándose en el coste de la habitación y no según la categoría del hotel.

Extrapolando estos datos al número de turistas que vienen a las Islas (unos 14 millones el año pasado), el Archipiélago ganaría extra, porque este gravamen no estaría incluido en los gastos de viaje, unos 13 millones, quitando a los menores de 14 años y aquellos que vienen de camping. Una cantidad que vendría muy bien para las arcas del turismo, que se podría unir a otras tasas, como el acceso a los Parques Nacionales, y que ningún turista, incluido el español, le sorprende pagar cuando viaja fuera de España.

Se trata de aprovechar el recurso del turismo

Lejos de preocuparse o no por ser un destino antipático, Italia, segundo país turístico por excelencia de la UE, ha plantado cara al turismo y, por ejemplo, en la ciudad de Milán, se han prohibido las botellas de plástico, latas e, incluso, palos de selfie dentro del barrio de Navigli, una de las zonas de ocio más importantes de la ciudad, para evitar el deterioro del patrimonio. La medida se ha impuesto este verano, por lo que aún no se sabe si tendrá o no consecuencias en el turismo, pero lo cierto que iniciativas como ésta podrían instauranse en lugares como el sur de la Isla, Las Américas, donde las playas y los paseos aledaños a las zonas de ocio aparecen totalmente destrozadas en temporadas altas. No se trata, en ningún caso, de poner coto al turista sino de aprovechar el principal recurso que tiene España y, sobre todo Canarias, al igual que lo hacen otras regiones europeas que no temen la pérdida de turistas dejando de ser territorios free.

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