la palma

Crece la vendimia aunque el clima dejó en el campo gran parte de la uva

La cosecha rondó una producción de 950.000 kilos, cifra inferior a la media registrada la última década

Acaba de concluir la vendimia, que alcanzó una producción este año de 945.407 Kilos de uva, según los datos que maneja el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de La Palma. Esta cifra obtenida por las 18 bodegas acogidas a este organismo supera en 171.000 kilos la cosecha del año anterior, pero aún está por debajo de la media de producción de la última década, que es de 965.000 kilos.

La recolección de uvas comenzó temprano, arrancando el dos de agosto en la subzona del Hoyo de Mazo, y concluyó el pasado 21 de octubre en el Norte. Una campaña, que como explican desde el Consejo, ha estado marcada por la climatología. “Temperaturas muy elevadas y ola de calor continuada a lo largo de los meses agosto y septiembre, que provocaron que gran parte de la producción se quedara en el campo por no reunir los requisitos mínimos de calidad exigidos por la Denominación de Origen de Vinos La Palma”.

En lo que se refiere a los varietales, el 48,87% de la uva recolectada ha correspondido a variedades blancas, frente al otro 51,13% que corresponde a tintas, manteniéndose casi invariable esos porcentajes con respecto a la vendimia del año pasado.

Dentro de las variedades mayoritarias, cabe destacar el Listán Blanco, que representa el 31% del total de la producción insular, seguida del Negramoll, con un 26%. El Almuñeco y Albillo suponen el 11%; el Listán Prieto, un 5%; la Malvasía Aromática, un 2,57%; la Castellana, el 2,54%; el Vijariego Negro, un 2,27%, y el Vijariego Blanco (Bujariego), un 1,94%. El resto lo completan variedades tan importantes como Gual, Tintilla, Moscatel, Verdello, Marmajuelo y los vidueños en general, así como el Sabro, variedad a la que según los últimos estudios genéticos no se le conoce sinonimia ni procedencia, cultivándose en zonas muy concretas de la isla de La Palma.

Cabe destacar que el viñedo de La Palma constituye un mosaico de plantaciones irregulares y minifundistas de gran riqueza varietal que convierte a La Palma en una importante reserva de biodiversidad genética, en la que la producción se encuentra distribuída en unas 23 variedades de uvas diferentes, repartidas a lo largo de la isla a distintas cotas de altitud.

La viña configura el paisaje y está perfectamente integrada en el medio natural, lo mismo que el vino es un elemento consustancial a la historia y cultura palmera. Variedades, paisaje e historia confieren a los vinos de La Palma particularidades lo suficientemente diferenciadoras para hacer de ellos un producto único, original y singular.

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