El Gobierno de Canarias quiso dar por zanjado en septiembre pasado, con varias comparecencias parlamentarias, la polémica política y social sobre la proliferación de microalgas (o bloom, para los científicos) en las costas canarias desde junio y, sobre todo, la controversia en torno a su posible relación con los vertidos de aguas residuales al mar sin adecuada depuración (un grave problema en Canarias, y, especialmente, en Tenerife). Sin embargo, la oposición parlamentaria no se da por satisfecha con la gestión del Ejecutivo regional sobre ambos problemas. Tal es así que el PSOE, por boca de su portavoz en el Parlamento canario, Iñaki Lavandera, sostiene que el Gobierno de Fernando Clavijo “debería crear un comité científico que resolviera las incógnitas aún presentes y con las conclusiones mejorar los protocolos de actuación” sobre esta explosión de microorganismos en las costas.
Además, Lavandera lamenta que “siga sin definirse un plan ambicioso para resolver el grave problema de los vertidos de aguas residuales en Canarias”.
El Ejecutivo regional se ha apoyado en informes científicos, uno de ellos el realizado expresamente sobre el bloom de este verano, coordinado por el catedrático de Ecología y profesor de Oceanografía Biológica en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Javier Arístegui, que no ve indicios de que las aguas fecales lanzadas al mar hayan tenido relación con las cianobacterias. Sostiene que los bancos de esta especie se forman en aguas abiertas, propiciados por factores meteorológicos (calentamiento del agua, poco viento y calima) y son arrastrados hacia las costas por las corrientes locales. No obstante, y así lo observa el portavoz socialista, “el mismo Gobierno canario en sus informes [incluido este] traslada incógnitas al respecto”, dado que en esta investigación sus autores, a pesar de no hallar “ninguna evidencia” del efecto de los vertidos en estas cianobacterias, tampoco lo dan por descartado y recomiendan investigarlo más, con experimentos o trabajos de campo que “lo demuestren o descarten”.
Desde el Grupo Parlamentario Podemos se insiste también en que “las explicaciones que ha dado el Gobierno de Canarias por las cianobacterias son totalmente insuficientes”. “Por esta razón, no nos vamos a conformar con eso ni nos vamos a quedar de brazos cruzados, seguiremos preguntando sobre el tema, solicitando más datos e informándonos, conjuntamente con la sociedad civil, exigimos rigor informativo ante un asunto de tanta trascendencia y tan sensible para Canarias”, manifiesta Podemos a este diario. “Creemos que hay muchas personas expertas en esta materia que debemos escuchar para poder encontrar la solución adecuada para esta crisis”, sostienen los diputados de este partido de la oposición. Además, Podemos muestra su apoyo a la Plataforma en Defensa de Nuestra Tierra, que está creciendo y comenzando a constituirse también en Gran Canaria. El grupo parlamentario asegura que trabajará “por la gestión pública del agua porque los vertidos en Canarias deben estar bien gestionados; no se puede permitir que se sigan produciendo ilegales, pero debemos tomar conciencia de que los legales también dañan a los ecosistemas, y se debe encontrar una solución para reducirlos o, si es posible, eliminarlos”.
La realidad es que la invasión de las llamadas microalgas están durando más de lo esperado. Ya es otoño. Los factores meteorológicos no acaban de cambiar del todo. La Consejería de Sanidad ha recomendado evitar el baño en estas manchas, que pueden provocar irritaciones de piel y afecciones a asmáticos. En ratones, además, procesos tumorales.
El estudio israelí marca un antes y un después en el debate
La publicación en DIARIO DE AVISOS, en plena polémica sobre las microalgas, de un estudio en el Mediterráneo de los científicos israelíes Eyal Rahav y Edo Bar-Zeev que sí ven vinculación entre la cianobacteria como la que abunda en Canarias y aguas residuales, ha supuesto que, si bien inicialmente en el Archipiélago muchos expertos rechazaban que este microorganismo pudiera aprovechar nutrientes de aguas residuales, ahora admitan que la cuestión merece, al menos, más investigación y no se pueda descartar.