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El stand vacío de Martina en la Feria Nacional de Artesanía

La artesana, candidata al Premio Nacional al Emprendimiento, no pudo exponer su trabajo artesano por la retención en la Aduana de un vestido de importación temporal que tardó 10 días en recuperar
Imagen del vestido que se mantuvo retenido por el servicio aduanero durante 10 días y que no pudo llegara a la Feria Nacional de Artesanía. | DA

La prestigiosa artesana palmera Martina González, que ha logrado varias nominaciones en el ámbito nacional por sus elaborados y bellos trabajos de diseño, tuvo que explicar el pasado 10 de octubre a la propia Secretaria General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, Begoña Cristeto, que el vestido con el que competía a los Premios Nacionales de Artesanía, estaba retenido por el servicio aduanero. Ocurrió cuando el alto cargo del Ministerio de Industria se detenía frente al stand de la artesana palmera. 

Sus reiterados intentos y su desesperación a la hora de explicar a los funcionarios que acudía a una feria nacional y la urgencia de recuperar su trabajo, chocó frontalmente con lo que ella entiende con “objeciones y dificultades constantes a los empresarios de las islas y especialmente a los que trabajamos en las islas no capitalinas”.

Ni la mediación de la Fundación Fundesarte, organización de referencia en la promoción y el desarrollo de las empresas artesanas españolas, ni de la Escuela de Organización Industrial, ambas dependientes del Ministerio de Industria, lograron que la artesana palmera recuperara su vestido, que no iba a comercializar sino a exponer y por el que le reclamaban el pago de más de 600 euros.

Fundesarte insistió y trasladó al servicio de aduanas que “se trataba de una importación temporal”. Además, recuerda que “no puedo exponerse la pieza el día señalado con lo que ello comporta en promoción y visibilidad para la afectada”. Por ello, desde esta organización de ámbito nacional y dependiente del Ministerio de Industria, pidieron una rectificación y la anulación de las tasas impuestas a la artesana palmera.

Martina González no solo no pudo promocionar su trabajo, sino que no logró recuperar el vestido de novia, hecho por encargo y resultado de meses de minucioso trabajo en su taller de Breña Baja, hasta diez días más tarde, el pasado 20 de octubre.

El taller de costura artesanal Obradoiro de Martina, regentado por Martina González fue candidata al Premio al Emprendimiento, que reconoce al emprendedor o empresa destacada por la introducción de nuevos conceptos. Aunque el fallo se conoció horas antes y Martina no fue la receptora este año del galardón, la oportunidad de promoción de su trabajo en un ámbito privilegiado y nacional se vio truncada. Solo la mediación de la Escuela de Diseño Industrial y Fundesarte, que tuvo que reiterar, como la propia Martina, que el vestido con el competía “no tiene valor comercia porque es para una exposición”.

Esta artesana palmera, licenciada en Bellas Artes y llegada once años atrás desde Santiago de Compostela, ha logrado conjugar a la perfección la innovación en tiempos de crisis, la emprendeduría surgida desde una inversión mínima de 60 euros -con los que compró las telas del primer vestido que vendió cruzando los dedos para que se lo pagaran-  y la defensa de una tradición milenaria en los bordados artesanos de los antepasados femeninos palmeros.

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