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La anulación del concurso del Templo Masónico abre la puerta a indemnizaciones

El Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz aprueba por unanimidad impulsar la rehabilitación del centro, que será destinado a museo de la masonería
El arreglo del Templo Masónico cuenta ya con un convenio para que el Cabildo aporte la mitad de su coste, por lo que ahora hay dinero, pero no hay proyecto. Sergio Méndez
El arreglo del Templo Masónico cuenta ya con un convenio para que el Cabildo aporte la mitad de su coste, por lo que ahora     hay dinero, pero no hay proyecto. Sergio Méndez
El arreglo del Templo Masónico cuenta ya con un convenio para que el Cabildo aporte la mitad de su coste, por lo que ahora hay dinero, pero no hay proyecto. Sergio Méndez

La anulación del concurso público convocado por la Gerencia Municipal de Urbanismo para redactar el proyecto de rehabilitación del Templo Masónico ha abierto la puerta tanto a la reclamación de indemnizaciones como a que, finalmente, los afectados por la cancelación de dicho concurso acudan a los tribunales. Al menos dos de los estudios de arquitectos que se presentaron a esta licitación ya han presentado ante Urbanismo un recurso contra esta decisión, paso previo al de acudir a los tribunales. Así lo confirmaron a DIARIO DE AVISOS fuentes cercanas a este concurso, cuya anulación ha dejado la recuperación del edificio en suspenso.

Las mismas fuentes señalan que la ley de contratos del sector público establece que, en caso de haberse iniciado un concurso público que acabe siendo anulado, la entidad responsable tiene la obligación de indemnizar a los que se hubieran presentado. De momento, Urbanismo no ha respondido ni al recurso ni tampoco ha planteado esta posible indemnización. Las fuentes consultadas lamentan que, una vez más, las cosas en el Ayuntamiento “se hayan gestionado pésimamente”. “Ahora tenemos dinero, pero no hay proyecto”, dicen, para añadir que, ante lo mal que se ha hecho todo, “será muy difícil que alguno de los afectados acabe acudiendo a los tribunales”. Mientras, insisten, el edificio “se cae a pedazos”.

Se trata de un inmueble del que ayer se cumplían 10 años de su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) y que fue protagonista en el Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz por partida doble. El grupo de gobierno (CC-PP) presentó los convenios que firmará con el Cabildo para cofinanciar la redacción de proyectos y obras de cuatro inmuebles de la capital. En el caso del edificio de la calle San Lucas, el coste total de su rehabilitación supera los cinco millones de euros, de los que la mitad los pondrá el Cabildo. De momento, para 2018, se han presupuestado 200.000 euros con el fin de hacer frente a la redacción del proyecto.

Una vez que Urbanismo ha dado por anulado el concurso, decisión que se tomó, según recordó ayer la edil de Urbanismo, Zaida González, por la discrepancia entre la mesa de contratación y el comité de expertos, será ahora el área de Patrimonio del Ayuntamiento la responsable de sacar adelante el nuevo concurso. Una moción de Sí se puede, IU y Cs, impulsada por la Gran Logia de Canarias, abrió de nuevo el debate sobre el Templo Masónico. La propuesta, que inicialmente se pretendía que fuera institucional, finalmente acabó siendo aprobada por unanimidad. El consenso al que se llegó fue el de impulsar la rehabilitación del BIC y dejar claro que, tal y como recoge el acuerdo con la Gran Logia de España, será museo de la masonería.

Plaza de toros

El patrimonio siguió siendo protagonista en el Pleno, esta vez de la mano del PSOE, que llevó una moción para impulsar un proceso participativo sobre lo que se quiere hacer en el espacio privado de la Plaza de Toros. La propuesta fue rechazada, según explicó González, porque “el proceso participativo ya se cubrió en 2008” y será en el periodo de alegaciones donde se puedan presentar propuestas. González insistió en que el coso taurino no es BIC y que, en todo caso, aún no se ha decidido qué modelo se aplicará. La edil aprovechó para cargar una vez más contra la gestión de José Ángel Martín al frente de Urbanismo. “Lo que hacemos es terminar lo que usted no hizo o hizo mal, como el Plan de El Toscal”. “Sabemos que es un plan malo -continuó-, pero somos conscientes de que es preferible uno malo que no tenerlo, que es perjudicial para los vecinos y que en cuanto se apruebe definitivamente habrá que cambiarlo”.

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