
Manuel Báez se ha puesto en manos de un abogado. Y debe ser bueno. La primera acción de defensa que ha emprendido tan solo 24 horas después de descubrirse que había suplantado a su hijo en unas oposiciones públicas tiene mucho que ver con una atenuante prevista en el Código Penal: el arrepentimiento espontáneo, consistente en confesar la comisión de un presunto delito antes de que se produzca una denuncia y se active la maquinaria judicial para de ese modo obtener una sentencia atenuada. Eso hizo el ya exalcalde de Firgas en la mañana de ayer presentando un escrito urgente ante la Dirección General de Función Pública del Gobierno de Canarias reconociendo haber suplantado a su hijo Himar Báez en unas pruebas encuadradas en las oposiciones al máximo escalafón de funcionario público de la Comunidad Autónoma de Canarias.
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