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El Escondite: para no perderse en Los Cristianos

Desde 2009, un viejo ‘pub’ inglés se ha convertido en un afamado centro de comida casera, canaria e internacional, con una amplia carta de vinos y un servicio que se distingue por el buen trato y la rapidez
Lieve y su hijo Oliver, cocinera y camarero que son el alma de El Escondite. FRAN PALLERO

Javier Velázquez, después de una larga trayectoria como animador y recepcionista, decidió adquirir en 2009 un viejo pub muy cerca de su casa en Los Cristianos. Era un centro de copas para ingleses, The Hide Away Pub, al que le mantuvo el nombre durante un tiempo, aunque hoy ya es conocido como El Escondite, a pesar del nombre por el que todo el mundo lo conoce.

Y lo conoce por ser hoy uno de los mejores lugares donde se puede degustar comida internacional, pero sobre todo la española y la francesa, las dos grandes especialidades de Lieve Vercaemert, la esposa de Javier, hija de cocinero belga y enamorada de la gastronomía. Ella se encarga de la compra y del menú de cada día, mientras que Javier Velázquez es el incansable relaciones públicas y el que mantiene el buen nivel de la carta de vinos. Su hijo Oliver, junto a Toñi, son quienes se encargan de servir los platos dentro y fuera de la terraza, desde el mediodía a medianoche.

El Escondite, que mantiene una clientela preferentemente extranjera, casi el 90%, según Velázquez, también es un centro de tertulia para muchos playeros que acuden a la cafetería a leer la prensa o ver algún partido de fútbol, o simplemente a tomarle el pulso a la actualidad de una localidad, Los Cristianos, a medio camino entre pueblo y núcleo turístico.

Está situado en el paseo Jorge Ledesma, entre las calles Amalia Alayón y del Valle Menéndez

Pero, por encima de todo, después de los primeros años en que seguía siendo más un pub de copas nocturno, El Escondite es una referencia gastronómica, con tapas abundantes y muy bien elaboradas, en donde muchos recomiendan, por ejemplo, las lagrimas de pollo. “Una comida a la que Lieve siempre le da un condimento o toque de algún país, quizás sea eso el fundamento de tener una clientela tan variada, de países diferentes”, comenta Javier Velázquez.

Aunque si hay algo que destaca en El Escondite, además de su calidad en vinos y comidas, es el atendimiento del personal, por el trato, la rapidez en el servicio y la buena relación calidad-precio.

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