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“Parece que es más aceptable un galán de 70 años que una protagonista de esa edad”

Paloma San Basilio no necesita presentación, su popularidad trasciende en el tiempo y pasa del disco a la escena, y ahora, de la escena al libro
PALOMA SAN BASILIO
PALOMA SAN BASILIO
Paloma San Basilio, actriz y cantante. / DA

Paloma San Basilio no necesita presentación, su popularidad trasciende en el tiempo y pasa del disco a la escena, y ahora, de la escena al libro. Primero cantante, luego actriz y, desde el año pasado, novelista, la que ha ganado un Grammy Latino y representó a España en Eurovisión, en 1985, se encuentra este mes en la Isla para preparar el musical Sunset Boulevard, en el que dará vida a su protagonista: Norma Desmond, la diva del cine clásico que popularizó en la gran pantalla el cineasta Billy Wilder. Bajo la dirección de Jaime Azpilicueta y con el patrocinio de Auditorio de Tenerife, el espectáculo se estrenará el 27 de diciembre y se mantendrá en cartelera hasta el próximo 4 de enero.

-Llega en Navidad a la Isla para comenzar a preparar Sunset Boulevard bajo la dirección de Jaime Azpilicueta. ¿Cómo ha sido el reencuentro con este director?

“Jaime es mi padre teatral, sé que estoy en las mejores manos. Trabajar con él es un placer porque conoce bien lo que tengo y cómo manejar mis registros. Este musical solo lo podría hacer bajo su dirección. Ya hemos comenzado esta aventura en septiembre, con un primer encuentro. Gracias a esto, llego a Tenerife con el personaje metido en la piel”.

-Norma Desmond es un clásico del cine que pierde popularidad e intenta recuperarla. ¿Alguna vez se ha sentido un poco Norma?

“El problema de Norma Desmond no es tanto la edad sino el cambio que supuso pasar del cine mudo al hablado. Su punto de vista va a la contra de mi trayectoria y de mi visión sobre el mundo del espectáculo. Yo no bebo de esa especie de momificación del éxito. Soy todo lo contrario. Mi vida personal siempre ha sido muy fresca, alegre y suelta, y mi carrera ha ido de la mano. Además, he sido cantante, madre y actriz, ella no. Ella es, por encima de todo, un actriz. Su vida está focalizada en un solo aspecto sin el cual no vive; yo, en cambio, he vivido mucho y tengo muchos registros. Me gusta viajar, aprender, leer, me parece que el mundo es muy interesante cuando no estás centrado en tu pequeña isla. Como actriz me gusta dar vida a personajes que sean completamente diferentes a mí”.

-Un personaje dramático complejísimo. ¿Cómo se enfrenta al libreto?

“La preparación ha sido muy intensa, sobre todo a nivel vocal. Al mismo tiempo, es un personaje precioso, posiblemente el papel dramático más complejo que haya hecho. Además, me va un poco a la contra porque no tengo su trayectoria ni su manera de ser ni de ver la vida. Norma se aísla, se refugia en su mundo, se convierte en la mejor representante de sí misma. En definitiva, es compleja, pero apasionante, y a mí lo que me apetece en estos momentos son retos. He hecho de todo en mi trayectoria y ahora solo digo sí a lo que me saque de mi zona de confort”.

-¿Es eso cierto de que sus fans le pedían que se embarcara en este proyecto? ¿Qué dicen ahora?

“Ha llegado como una especie de evolución natural. Y es que este es un personaje que no podía hacer en otro momento de mi vida: tenía que tener una edad más acorde a la de Norma, que en el libreto tiene 50 años, claro que los 50 de los años 30 y 40 serían como los 60 años de 2017. Sunset Boulevard es un musical de culto, no es tan comercial como My fair lady. Le doy este calificativo por el contexto, la estética decadente, el concepto nihilista, porque se enmarca en los finales de los años 30 y todo esto genera mucha mitología. Este es un personaje que hay que construir pensando que estás labrando una pequeña joya. Con las fotos de mi transformación en Norma Desmond (en la foto) todos mis seguidores estaban encantados y felices. Ya me habían propuesto este personaje hace cuatro o cinco años, pero fue gracias al Auditorio de Tenerife y a Jaime Azpilicueta que he dado el paso”.

-Al igual que Norma Desmond, ¿Paloma San Basilio es una diva?

“A mí me parece que el divismo tiene muchas acepciones. El divismo sobreactuado, artificial y de cartón piedra es el que hace que una persona piense que está en su derecho de estar alejada del resto y que puede sentirse superior, aunque siempre es un miedo a que la realidad decepcione. Luego hay un divismo, que se da especialmente en la ópera, que se refiere más a una capacidad que hace que una persona tenga un talento particular. En este sentido, si se habla de originalidad, de exigencia, de tratar de hacer lo mejor posible y que esto genere una admiración y respeto, me resulta muy interesante y positivo ser una diva. No obstante, cuando el telón cae y entras en el camerino tienes que volver a convertirte en ser humano, de lo contrario, no podrás hacer un personaje con matices nunca más”.

-Ha anunciado en varias ocasiones que sueña con dejar el teatro, pero siempre vuelve…

“Pienso que esto es algo que hay que hacer paulatinamente. No obstante, cuando cierro un ciclo, lo cierro a cal y canto. Por ahora he cerrado mi ciclo de giras y grabaciones de discos. Volver al teatro musical con este personaje es un regalo al que no puedo decir que no. Así que, a mi manera, me estoy yendo pero poco a poco. Hay muchas propuestas que rechazo y ya mi vida pública es prácticamente inexistente, me he hecho celosa de mi faceta como madre o abuela”.

-¿La edad es un obstáculo añadido para conseguir papeles en el mundo del espectáculo?

“A partir de una edad es muy complicado conseguir papeles femeninos en el teatro y en los musicales, en parte porque la exigencia vocal resta. En este sentido, también hay que ser consciente de no agotar los tiempos, para que el público siempre te recuerde bien. Sin embargo, seguimos viviendo en un mundo machista donde se cree que el hombre envejece mejor. Siempre es más creíble o aceptable un galán de 60 o 70, que una protagonista de esa edad. Esta es una manifestación clara de que vivimos en una sociedad desequilibrada”.

-Entre tanto desequilibrio, ¿ha vivido acoso o abusos en su trayectoria?

“Todo el mundo tiene claro que el mundo del espectáculo vivió y vive en una cultura muy machista. Ocurría que si eras guapa y alguien sentía una atracción por ti, te daban trabajo, ¿para qué vamos a negarlo?, esto era así. Vivimos circunstancias un poco incómodas en las que teníamos que salir como nuestra inteligencia nos permitiera. Yo no he sufrido agresiones en las que saliera traumatizada, pero viví una encerrona en una sesión de fotos que luego vendieron, fue muy al principio de mi carrera. Siempre he tenido clara mi postura, mi lenguaje con la gente y he sabido marcar las distancias. Era una generación donde la presión se ejercía de forma más sutil y no había esa sensación de impunidad. En mi generación teníamos la sensación de que nos respetaban, aunque muchos no lo quisieran”.

-El año pasado presentó la novela El océano de la memoria. ¿Cómo ha ido esta incursión en el mundo de la literatura?

“Fue un regalo de Navidad y estoy encantada porque he recibido buenos comentarios. Era un riesgo y he tenido que luchar contra los que dicen que esta obra no la había escrito yo sino que era por encargo. Ha sido un ejercicio espléndido que espero seguir cultivando cuando tenga tiempo y tranquilidad. Vender libros es difícil, pero para ser mi primera novela creo que he recibido buenos resultados. En la Feria del Libro de Madrid de este año, por ejemplo, me emocionó ver a tanta gente esperando a que le firmara mi novela”.

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