El Obispado de la Diócesis Nivariense lo tiene claro. Las plazas públicas de Los Galguitos y San Andrés, que registró a su nombre en el año 2015, “pertenecen a las iglesia”. Esta es la conclusión razonada por el ecónomo de la Diócesis, el administrador de los bienes de la Iglesia en la provincia tinerfeña, Víctor Oliva, que afirmó que “el inventariado de las plazas no da título de propiedad”.
El proceso judicial abierto a instancias del Ayuntamiento de San Andrés y Sauces, para recuperar las plazas públicas de San Juan Bautista, en el popular barrio de Los Galguitos, así como la de la ermita de San Sebastián, en San Andrés, en base al argumentario de que “las plazas son de los vecinos, del pueblo y por tanto del Ayuntamiento, que es la administración que las mantiene y las ha mejorado y restaurado como un espacio de ocio y esparcimiento público”, son rebatidas por el administrador del Obispado que preside el palmero Bernardo Álvarez.
Su ecónomo detalló a este periódico que “ambas plazas pertenecen a las iglesias en las que se ubican”. Asegura Víctor Oliva que “no es nuestra pretensión usurpar nada al Ayuntamiento” y aconsejó “esperar a que el juez se pronuncie y decida a quién pertenecen”.
El administrador de la Diócesis Nivariense expresó sus dudas al respecto del interés de la información que, en su edición del domingo, 25 de febrero, público este periódico informando del registro a su nombre, y para asombro del Ayuntamiento, de estas dos plazas públicas en virtud de la reforma de la Ley Hipotecaria aprobada en el año 1998 por el Gobierno de José María Aznar. Oliva aseveró que “esto -en referencia a la información que dio a conocer este periodico- no es una noticia”.
Lo cierto es que la reforma de la Ley Hipotecaria permitió que operaciones de este tipo se llevaran a cabo, inscribiendo lugares de culto y otras propiedades que no estuvieran registradas, a nombre de la Iglesia, generando según estimaciones de algunas asociaciones laicas, 4.500 registros en todo el territorio nacional. El Obispado de Santa Cruz de Tenerife aprovechó esa reforma de la Ley, para llevar a cabo este registro de dos plazas públicas, en ambos casos en los entornos de dos iglesias.
Oliva aseguró en declaraciones a este periódico que “la Iglesia tiene que ser tratada como un particular más y tener capacidad para registrar a su nuestro nombre lo que es nuestro”. El Ayuntamiento de San Andrés y Sauces ha reconocido, a través de fuentes autorizadas, que “fue una sorpresa muy desagradable ver cómo se actúo de espaldas a la corporación y a los vecinos, a quienes pertenece esos dos espacios públicos”.