Las tasas actuales de cambio climático podrían provocar el retroceso de hasta 300 kilómetros en un glaciar antártico de enorme tamaño, lo que provocaría un aumento en el nivel del mar de casi 3 metros. Esta es la conclusión de un nuevo estudio que analiza el futuro del glaciar Totten, en la Antártida, que drena en una de las áreas de hielo más grandes del mundo, la plataforma de hielo de la Antártida Oriental (SEIA, por sus siglas en inglés).
Martin Siegert, codirector del Instituto Grantham en el Imperial College de Londres, es coautor de la investigación y asegura que una vez que el glaciar retroceda y cruce el umbral hacia la región inestable sobre la que se asienta, la fusión del hielo será imparable, al menos hasta que haya retrocedido hasta el punto donde la geología se vuelve más estable de nuevo.
“La evidencia está pintando un cuadro de la Antártida oriental mucho más vulnerable a un entorno de calentamiento de lo que pensábamos -advierte–. Esto es algo que debe preocuparnos. El glaciar Totten está perdiendo hielo ahora y el agua caliente del océano que está causando esta pérdida tiene el potencial de impulsar también el glaciar de nuevo a un lugar inestable”.
“El glaciar Totten es sólo una salida para el hielo de la capa de hielo de la Antártida Oriental, pero podría tener un impacto enorme. La capa de hielo de la Antártida Oriental es, con mucho, la mayor masa de hielo en la Tierra, por lo que cualquier cambio pequeño tiene una gran influencia en todo el mundo”, subraya.
Mediante el estudio de la historia de avances y retrocesos de Totten, los investigadores han descubierto que si el cambio climático continúa sin cesar, el glaciar podría cruzar ese umbral crítico durante el próximo siglo, entrando en un periodo irreversible de muy rápido retroceso. Esto causaría la retirada de hasta 300 kilómetros hacia el interior en los siglos siguientes y la liberación de grandes cantidades de agua, contribuyendo a un ascenso de hasta 2,9 metros en el nivel del mar.
Se cree que la SEIA es relativamente estable haciendo frente al calentamiento global en comparación con la capa de hielo mucho más pequeña en el oeste de la Antártida, pero el glaciar Totten está yendo en contra de esa tendencia al perder grandes cantidades de hielo. La nueva investigación revela que Totten puede ser aún más vulnerabe de lo que se pensaba.
La nueva investigación se centra en la geología subyacente del glaciar y revela que si se retira otros 100 o 150 kilómetros, su parte frontal se asentaría sobre una plataforma inestable. Esto podría desencadenar un periodo de rápido retroceso de el glaciar, lo que acabaría provocando que se retirara casi 300 kilómetros hacia el interior.
UNA FUSIÓN DE CIENTOS DE AÑOS, PERO IMPARABLE
Ese retroceso de 300 kilómetros podría tardar varios cientos de años en producirse, según el coautor del estudio. Para descubrir la historia de los movimientos del glaciar Totten, el equipo analizó las rocas sedimentarias por debajo del glaciar mediante estudios geofísicos aéreos. Desde el registro geológico, influenciado por la erosión por el hielo más arriba, fueron capaces de entender la historia del glaciar que se remonta a millones de años.
Los investigadores encontraron que el glaciar ha retrocedido más rápidamente sobre ciertas regiones inestables en el pasado. Sobre la base de esta evidencia, los científicos creen que cuando el glaciar afecte a estas regiones se producirá el mismo patrón de rápido retroceso.