Ganar para clasificarse. En el vestuario del Iberostar Tenerife solo se piensa en lograr un triunfo esta tarde, a partir de las 19.30 horas, en el encuentro de vuelta de octavos de final de la Basketball Champions League frente a UCAM Murcia. Poco importan los cinco tantos de renta que se trajeron de la Península los jugadores de Katsikaris (66-71) porque tener la tentación de especular con ese resultado podría ser muy peligroso.
Después de haber jugado tres partidos este curso, quedan pocos secretos para ambos equipos. Los de Ibon Navarro jugaron con intensidad en la ida, conscientes de la importancia de ganar para venir a Tenerife con alguna ventaja, aunque fuera pequeña, pero, pese a no conseguirla, siguen pensando en que la clasificación no es una quimera.
Los pimentoneros han sacado mejores resultados lejos de su pabellón esta campaña, algo que sabe Fotis Katsikaris. La primera parte del pasado fin de semana ante Zaragoza fue mala, tanto que, si ante Murcia existe la misma intensidad, el partido se complicará mucho, pero los últimos veinte minutos ante los maños (y la prórroga) marcan el camino a seguir.
Ibon Navarro se presenta en el Santiago Martín planteando un duelo muy físico, con jugadores de calidad y que, sobre todo, no se arrugan, una dureza que el Canarias deberá, al menos, igualar, para continuar con su camino en esta Champions League de la que aspira a revalidar título.
La atención está fijada en el estado físico de Clevin Hannah. El estadounidense con pasaporte senegalés arrastra una elongación en el aductor de la pierna derecha sufrida en el duelo de la ida y fue reservado el pasado fin de semana, ante el Burgos, para que pueda estar disponible hoy. Su calidad ofensiva lo hacen un jugador fundamental en los esquemas del técnico vasco del UCAM Murcia, por lo que se espera que pueda ayudar a sus compañeros.
La enfermería canarista no ha sufrido cambios: Josh Akognon sigue con su recuperación para poder reaparecer frente al Divina Seguros Joventut.
Lo que sí es seguro es que el de esta tarde será un partido largo, en el que el equipo que temple mejor sus nervios, tendrá mucho ganado.
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