Casi tres décadas es el tiempo que Leonardo Ruiz del Castillo lleva formando parte de la familia de Cáritas Diocesana de Tenerife. Aunque ha vivido momentos muy duros, sobre todo cuando los efectos de la crisis fueron aún más acuciantes, el director de esta entidad afirma que, en especial, se queda con la satisfacción de haber podido ayudar a tantas personas.
-¿Cómo arrancó su trayectoria en Cáritas?
“En este mes voy a cumplir 29 años en la entidad. El 9 de abril de 1989 empecé. Entré como administrador, de voluntario, en los ratos libres que tenía en el Ejército, ya que estaba en activo. A partir de ahí empecé con una hora al día y luego ya muchas más. Tras dejar la administración, en 2003, por problemas de salud de mi esposa, ya a partir de ahí la dedicación fue plena y total. Cuando llegué, la única casa de acogida que tenía era la de Guajara. Todo lo que ahora mismo tiene Cáritas lo vi nacer siendo administrador. En estos últimos años se ha querido potenciar esos servicios con una infinidad de proyectos”.
-¿Cuales han sido los momentos más duros?
“Muchos. Porque en cualquier entidad de carácter social, con la labor que llevamos nosotros, se viven momentos muy duros. Algunas de las trabajadoras sociales me dicen que yo no serviría para ese trabajo porque me derrumbo ante los problemas de la gente. He visto cosas muy duras, pero también muchas satisfacciones. Yo no cobro nada, pero las satisfacciones son muchas, como ver salir a una persona de la situación de exclusión social. Ese es el mejor sueldo que se puede tener”.
-Si tuviera que quedarse con alguna historia que le haya marcado…
“Hay una que me marcó muchísimo. Antes de entrar en Cáritas llevaba la contabilidad de algunas empresas en mis ratos libres. Una de esas era de metalurgia y tenía como 50 empleados. Luego perdí la pista de esa empresa. Siendo director de Cáritas, en los primeros años de la crisis, un día llegué a una de nuestras casas de acogida y vi a una persona corriendo hacia los dormitorios. De espaldas me pareció alguien conocido. Pregunté al educador y me confirmó que esa persona no quería que yo supiera que estaba aquí. Era el propietario de esa empresa de metalurgia (se emociona). Para mí eso fue muy duro. Hicimos todo lo que pudimos, le conseguimos un empleo y actualmente tengo la satisfacción de que ha recuperado a su familia y está intentando reabrir su empresa. Otra historia fue en Nochebuena. Antes, ese día visitaba todas las casas de acogida. Esa noche fui a Café y Calor. Una persona de las que ya había salido a la calle, pero a la que se le permitía quedarse a cenar, se abrazó a mi llorando y pidiéndome que no lo dejara en la calle esa noche. No había sitio en el centro, pero no durmió en la calle. Fue a mi casa. Estuvo con mi familia y se quedó a dormir”.
-¿Le ha pasado factura a nivel personal tantos años de dedicación?
“Tengo la sensación, aunque mis hijas dicen que no, de que abandoné un poco a mi esposa. Aunque otras veces pienso que no, porque a ella no le molestaba, estaba orgullosa de la labor que hacíamos”.
-¿Cual es el perfil de la pobreza en Tenerife?
“Tenemos todavía un alto índice de pobreza. Tenemos en Canarias un 15% de trabajadores en riesgo o situación de pobreza. Si a una familia que ingresa con un contrato indefinido 700 euros se le resta el alquiler, la luz y el agua, le quedan unos 80 euros para comer todo el mes. En Canarias los salarios son mucho más bajos que en la Península. Según un informe del Gobierno autónomo, entre 2008 y 2017 se ha incrementado en 8.000 la cifra de hogares sin ingresos. Ahora tenemos 42.000 familias así. Son muchas y si se multiplica por tres miembros, son mas de 100.000 personas sin ingresos. Tenemos que actualizar los salarios. A los empresarios les interesa, porque mueve la microeconomía y así se podrá crear más empleo. Eso pasa también por incentivar al empresario”.
-¿Se ha quitado el foco de la pobreza al pensar que hemos salido de la crisis?
“Precisamente ha ocurrido eso. Como los políticos nos dicen que estamos saliendo de la crisis, eso crea un ambiente que hace que mermen las donaciones en las entidades como la nuestra. La prioridad es atender a quien no tiene ningún ingreso. La microeconomía esta creciendo bastante, pero hay una bolsa de familias cronificada en la pobreza que es imposible ponerla al día. La pobreza está cronificada en nuestra comunidad autónoma. Lo malo es que se está heredando. Los niños del 2008 son los jóvenes en situación de pobreza hoy. Todo esto no se ha paliado”.
EL PERFIL
Granada
Leonardo Ruiz del Castillo nació en Granada el18 de octubre de 1940. De formación militar, el actual director de Cáritas llegó a Tenerife, muy joven, en el año 1964.
Familia
Para don Leonardo, la familia es un pilar importante. Cuenta con dos hijas, cuatro nietos y dos bisnietos. Asimismo, se emociona al recordar a su esposa, fallecida hace pocos años.