santa cruz de la palma

Mr. Cox toma tierra en la isla del velero ‘La Verdad’

La réplica de la nao Santa María, que trae de vuelta la campana del mítico velero La Verdad, hundido en Bermudas a finales del siglo XIX, hasta su tierra natal
Thomas Cox y la directora del Museo Naval en un sillón que pertenenció a La Verdad, que conserva el Hotel Hacienda de San Jorge. | DA

La réplica de la nao Santa María, que trae de vuelta la campana del mítico velero La Verdad, hundido en Bermudas a finales del siglo XIX, hasta su tierra natal, La Palma, ha aplazado el viaje debido a las malas condiciones meteorológicas en el Atlántico, sin que aún se sepa con exactitud la fecha de escala en la Isla. Quien sí llegó ayer a la Isla Bonita fue Thomas Cox, el ciudadano norteamericano que donó esta pieza superviviente de la nave al Museo Naval de la capital palmera.

Aunque no se sabe con certeza si Mr. Cox, como ya se conoce en la Isla a este altruista abogado de Portland, que adquirió esta pieza de La Verdad en un anticuario en el año 1979, podrá permanecer en La Palma hasta la llegada de la campana, lo cierto es que sí se podrá empapar de toda la tradición marinera de la capital palmera a lo largo de su estancia.

Para ello se ha organizado una exposición temporal denominada El velero La Verdad y su época, que abre sus puertas mañana, 12 de abril, coincidiendo con el 145 aniversario de la botadura en la playa de Santa Cruz de La Palma de esta embarcación, diseñada por Sebastián Arozena Lemos y encargada por Juan Yanes, en el Centro de Interpretación de La Bajada.

La exposición mostrará una serie de materiales inéditos de gran valor, entre los que destaca el Atlas de arquitectura naval, dibujado por Fernando Arozena. Esta obra maestra de diseño naval español del siglo XIX se muestra por primera vez al público. El atlas de gran formato representa en delicadísimos dibujos 23 de los veleros que fabricaron los Arozena, la principal saga de arquitectos navales de la historia de Canarias.

Esta obra con toda probabilidad fue enviada a Filadelfia en 1876 para representar a España en la Exposición Universal. Su calidad le hizo acreedor de una medalla de oro, que recogió el constructor naval palmero Sebastián Arozena.

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