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Barça y Atlético sí saben cómo despedir a sus mitos

Han despedido a dos de sus mayores leyendas de los últimos años, los futbolistas Andrés Iniesta y Fernando Torres, en sendos actos en los que ambos se han despedido con honores de su afición
Andrés Iniesta y Fernando Torres se despiden de sus respectivas aficiones. / EP
Andrés Iniesta y Fernando Torres se despiden de sus respectivas aficiones. / EP
Andrés Iniesta y Fernando Torres se despiden de sus respectivas aficiones. / EP

El campeón de LaLiga española 2017-2018 , el FC Barcelona, y el segundo clasificado, el Atlético de Madrid, han despedido este fin de semana a dos de sus mayores leyendas de los últimos años, los futbolistas Andrés Iniesta y Fernando Torres, en sendos actos en los que ambos se han despedido con honores de su afición.

Iniesta lo hizo este domingo ante un Camp Nou repleto que le ha ovacionado en varias fases del partido.

En el minuto 81, Paco Alcácer tuvo el honor de entrar por Iniesta el día en que el ‘8’, ya infinito tras 22 años de carrera en el FC Barcelona, dejaba el club. Se va el capitán, un mito en la historia del Barça, y lo hizo con victoria gracias a un auténtico golazo de Philippe Coutinho, de disparo con rosca que dio en el palo antes de entrar y lograr no ya 3 puntos, sino un final de fiesta completo para Iniesta.

Desde el detalle en la nueva camiseta, que fue la que lucirá el equipo el año que viene pero conmemorativa de la despedida del capitán, hasta las repetidas veces en las que la afición culé coreó el nombre de Iniesta, sobre todo desde su cambio y hasta el final del partido, una entrega que seguro puso los pelos de punta al jugador, que en breve dirá cuál es su próximo destino.

Saboreó su adiós, dando la mano y abrazando a todos sus compañeros, a varios jugadores del equipo contrario (la Real Sociedad) y al colegiado Munuera Montero. Poco a poco, diciendo adiós, devolvió el cariño recibido, las pancartas de ‘Gràcies per tant’ (‘Gracias por tanto’), los cánticos en el minuto 8 de cada parte y el mosaico preparado por el club con el ‘Infinit Iniesta’. Abrazos, emoción y un sonoro aplauso para el crack de Fuentealvilla, que dice adiós al club de su vida y, probablemente, al fútbol español.

Adiós a ‘El Niño’

A varios cientos de kilómetros de allí, en Madrid, Torres hacía lo propio ante la afición atlética que, rendida a su jugador más querido, veía cómo “el niño” no podía reprimir las lágrimas al agradecer al club y a los seguidores el apoyo recibido siempre.

Después de estar 11 años en el club de su vida en dos etapas, jugando 404 partidos y marcando 129 goles, ‘El Niño’ ha ganado la Liga Europa, el primer y único trofeo conseguido con el Atlético, y pone punto y final a su estancia en el Atlético marcando dos golazos.

El Wanda Metropolitano se entregó al homenaje cuando sus más de 65.000 gargantas corearon su nombre al unísono durante casi todo el partido. A las 18.30 horas dio comienzo un homenaje que se alargaría hasta más de las 21.00, para despedir a un ídolo que había lucido la bandera del Atleti en Segunda y que lo sacó de ese pozo con 17 años y el 35 a la espalda.

El equipo jugó ante el Eibar con un parche que decía ‘De Niño a Leyenda’ y recordando la fecha del día. Con un enorme tifo que de nuevo tenía el mensaje ‘De Niño a Leyenda’ junto a un gigantesco número 9, a la vez la hinchada local cantaba ‘a cappella’ el himno del Atleti. Tras esto, Torres atravesó un pasillo hecho por sus compañeros y acabar en el centro del campo. Sin duda, dos fiestas de dos aficiones que han sabido despedir a sus mitos y agradecerles como merecen los servicios prestados.

Y como las comparaciones son inevitables (además de odiosas), vienen a la memoria las tristes despedidas que el Real Madrid brindó en su momento a algunos de sus jugadores más emblemáticos, como Raúl, Fernando Hierro, Míchel e Íker Casillas, tal vez el caso más sonado de una despedida amarga y que no hizo justicia a todo lo que el jugador dio por el club de su vida y consiguió con él. En estos casos mencionados, los jugadores vieron cómo el club que amaban (y que seguramente siguen amando), les despedía como meros trabajadores, y no como las figuras históricas que eran para la afición y para el fútbol español. En la memoria queda imborrable aquella rueda de prensa dada entre lágrimas por un solitario y entristecido Casillas.

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