El talento de Acosta y Tabares

Dos palmeros, Antonio Tabares y Andrés Acosta, acaparan grandes titulares estos últimos días en publicaciones nacionales e internacionales. Parece que nos hemos acostumbrado a que se represente en el Teatro La Abadía de Madrid una obra del dramaturgo de Santa Cruz de La Palma o que el diseñador de moda de Los Llanos de Aridane vista a una de las grandes modelos del momento, Petra Nemcova, para pisar la alfombra roja de Cannes. En el caso de Tabares, Una hora en la vida de Stefan Zweig, es su segunda obra que sube a las tablas de uno de los principales teatros de España. Anteriormente lo había hecho con La punta del iceberg, que también dio el salto al cine de la mano del director tinerfeño David Cánovas. Tabares llama la atención fuera de las Islas porque escribe desde la periferia de la periferia geográfica del país y, por sus propias declaraciones, parece que no tiene pensado dar el salto a la metrópolis, a pesar de que en el mundo del arte los contactos, en muchas ocasiones, pueden valer tanto o más que el talento. Andrés Acosta, por el contrario, trabaja en Madrid, donde reside desde que se marchó a estudiar. Ha presentado con un éxito notable dos colecciones de moda y su nombre suena ya con fuerza en el competitivo mundo de la alta costura. Dos espacios creativos diferentes, con lenguajes distintos, realizados además desde diferentes lugares, pero que comparten la pasión por su labor. Esto dota de universalidad a las creaciones de sendos autores.